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Fútbol surrealista

Los jugadores de la Roja celebraron borrachos como cubas ante miles de personas el triunfo en la Eurocopa. Y deben dar ejemplo.

el 08 jul 2012 / 21:56 h.

El fútbol se hizo surrealista tras ganar la Roja la Eurocopa en Ucrania. Los jugadores de la selección celebraron el título el pasado lunes sobre el escenario instalado en la Plaza de La Cibeles de Madrid borrachos como cubas ante decenas de miles de personas. El espectáculo despertaba la perplejidad. La Roja venía de asombrar una vez más al universo futbolístico en la Eurocopa con su juego basado en las tres P: presión, profundidad y posesión. Y todo eso llevado a cabo por un grupo de jugadores que reiteradamente son expuestos como ejemplo social: de solidaridad, de compañerismo,  de esfuerzo, de ser portadores de las mejores esencias del deporte. Nada hacía suponer que esos chicos se desataran y se exhibieran públicamente sumidos en lo que el gran poeta José Hierro llamó en uno de sus libros como ‘don de la ebriedad’.

El espectáculo fue tremendo: risotadas, lenguas trabadas, ojos hinchados, futbolistas coloradotes como tomates. Xabi Alonso, por ejemplo, un dandi en el terreno de juego y en la vida, que además es la imagen publicitaria de una distinguida marca de perfumería masculina, resultó de los peor parados: con un vaso de cerveza en la mano, apenas pudo articular palabra cuando se lo pidió su compañero y tradicional maestro de las ceremonias triunfales de la Roja, Pepe Reina. El portero suplente de España tampoco anduvo esta vez muy ágil de ideas ni de palabras, seguramente con la mente algo tocada de decibelios y grados.

El director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, Ignacio Calderón, ha criticado que los futbolistas de la Selección Española bebieran en público. Más aún cuando el consumo de bebidas alcohólicas no cuenta en España con un  rechazo social extendido.
La Roja es un estilo. Y Baudelaire ya avisó de que “hay que ser sublime sin interrupción”. La Roja es un modelo. No un grupo de tipos que juegan bien al fútbol y luego tienen un comportamiento friki en la vida. Este país cree ciegamente en la selección. Y los jugadores deben de ser conscientes de ello en todo momento, porque el lunes dejaron flotar la falsa sospecha de que fuera del campo lo mejor son los guionistas de los anuncios épicos que protagonizan por televisión.

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