Financiera y Minera (FYM), filial española del grupo Italcementi, y dedicada a la producción de cemento y otros materiales de construcción, sufrió el descenso del consumo de estos productos el año pasado, que se tradujo en una caída del 18% en la facturación, que se situó en 298 millones, de los que el 60% procedió de Andalucía, donde cuenta con una planta en Málaga.
Y se embolsó 67 millones de beneficio, 25 en la comunidad andaluza. En el conjunto de España se vendieron 42,8 millones de toneladas de cemento frente a los 56 del año anterior, mientras que en Andalucía la demanda se redujo de los 10,3 millones, hasta los 7,6. Y para 2009 continuará esta tendencia, ya que se prevé la venta de 5,5 millones de toneladas.
El consejero delegado de FYM, Fabrizio Pedetta, y el director comercial, Tomás Azorín, presentaron ayer tanto en Málaga como en Sevilla estos resultados, que se vieron amortiguados por el comienzo de la actividad exportadora desde el puerto malagueño con destino a países del norte de África, que alcanzó las 55.000 toneladas. De hecho, hasta el año pasado la compañía necesitaba importar porque no daba abasto para atender la creciente demanda.
Otra cuestión a tener en cuenta, según los directivos, es el hecho de que 2007, año de comparación, fuese el mejor ejercicio para el sector, con cifras récord en ventas, beneficios y producción.
Tres son los pilares sobre los que la compañía pretende sustentar el año en curso, para el que pronostica un retroceso del 25% sobre las ventas de 2008. Optimización de los recursos y ahorro de costes (con congelación de los salarios de los directivos incluida), aumento de la exportación -que en 2008 creció el 12%- y fomento de la innovación, cuyos productos más novedosos representaron el ejercicio pasado el 7,3% de las ventas totales.
De hecho, FYM confía en que la contracción de la demanda, que se hundió un 50% en los dos primeros meses de este año, se suavice en lo que queda de ejercicio. Para ello, y en lo que a negocio andaluz se refiere, FYM se ha marcado como objetivo superar las 150.000 toneladas exportadas desde Málaga, lo que supone triplicar el volumen del año pasado, ya que "es la única manera que tenemos para mantener el nivel de actividad", afirmó Pedetta, y compensar en cierta medida el desplome de la vivienda. Un segmento, el de la edificación, que copaba el 70% del consumo de cemento frente a la obra pública.
La firma está a la espera de abrir una planta de fabricación de aditivos para hormigón en Villanueva del Trabuco (Málaga), que lleva más de un año construida y aún no ha podido iniciar la actividad.
