Las optimistas estimaciones de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, que confiaba hace unos días en que las empresas asumirían la subida del IVA a partir de julio en gran medida de forma voluntaria y calculaba en sólo un 50% su traslación sobre los precios y, por ende, sobre la cartera de los ciudadanos, comienzan a desmoronarse.
Al menos servicios básicos como la electricidad, el gas, el butano o la gasolina no están dispuestos a impactar el alza impositiva sobre sus cuentas para evitar repercutirlo sobre sus clientes. De este modo, sus precios subirán para el consumidor tanto como el IVA.
En los primeros casos, como la factura de la luz y el gas o el butano, porque se rigen por una tarifa regulada cuya composición final fija la Administración y, en otros, porque los escasos márgenes minoristas les impiden absorber el incremento, según las fuentes consultadas por Europa Press.
En el sector eléctrico, la subida del IVA del 16% al 18% tendrá efecto en la revisión en julio de la Tarifa de Último Recurso (TUR), que ya recibe un impuesto sobre la electricidad, y que es la que afecta a la práctica mayoría de los clientes domésticos.
En el caso de las comercializadoras en el mercado libre, ninguna ha anunciado que asumirá el incremento para mejorar su grado competencia, señalaron.
En octubre del año pasado, el Gobierno descartó la posibilidad de que la tarifa de luz quedara gravada con un IVA reducido, como había reivindicado el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. Cerca del 28% de la TUR se dedica a impuestos.
Por otro lado, el director general de la Asociación Española de Operadores de Gases Licuados del Petróleo, José Luis Blanco, explicó que tanto en el gas butano como en el GLP canalizado la subida se repercutirá "absolutamente" por tener precios regulados, y recordó que será hasta el 18%, ya que estos productos, tras las imposiciones de Bruselas en su momento, dejaron de disfrutar del IVA reducido.
"Se repercutirá enteramente, porque además ya estamos perdiendo dinero en la comercialización de butano", afirmó Blanco, antes de calcular que, con el precio actual de la bombona, el incremento rondará los 20 céntimos. Sólo "en el caso del gas a granel y del autogás, donde los precios están liberalizados y hay competencia, algunos repercutirán y otros no", añadió.
Para Blanco, la subida del IVA "no es una medida adecuada" porque "cualquier cosa que sea subir los precios siempre vendrá acompañado de la tendencia a consumir menos". Aun así, dice "entender" los motivos que conducen al Gobierno a aplicar el incremento.
Por su parte, el secretario general de la Agrupación española de vendedores al por menor de carburantes y combustibles (Aevecar), Víctor García Nebreda, aseguró que los gasolineros "no tienen márgenes" para asumir la subida y que "se repercutirá el 18% sobre el consumidor" como ocurre con cualquier alza de impuestos.
Las gasolineras trabajan con márgenes de entre el 4% y el 4,5%, con lo que no tienen capacidad para asumir el incremento, explicó García, quien pronosticó que la medida tendrá un "coste sobre el consumo".
Fuentes de la Asociación Española de Operadores Petrolíferos (AOP) rechazaron comentar cómo se asumirá la subida, ya que como asociación sectorial no pueden prever las decisiones de las empresas, pero explicaron que con el aumento del IVA y de 2,9 céntimos por litro del impuesto especial aplicado el año pasado, las gasolinas se encarecerán en total en 3,4 céntimos por litro.
Los carburantes tienen un tercer impuesto, por venta minorista, y de su precio final, el 49,8% corresponde a gravámenes en el caso del gasóleo frente al 55% en el de las gasolinas. AOP indica que la subida del IVA "no ayudará al consumo", que ya se encuentra "castigado por la crisis y, sobre todo, por la caída en la produccción industrial".
