Las cuatro mujeres del gobierno de Rajoy son muy pocas mujeres. Tan pocas que da para preguntarle a Rajoy si en el PP no hay mujeres de valía. ¿Pregunta impertinente? No lo creo porque en el PP piensan que la paridad no importa, que lo que importa es que en los puestos de responsabilidad estén los que valen, las que valen. Si eso es así, en el PP hay pocas que valgan. Es verdad que en el PP hay mujeres presidentas de Comunidades Autónomas y alcaldesas y que por tanto no temen poner en el número uno de una lista electoral a una mujer. Pero eso no significa gran cosa, si detrás lo que hay es fundamentalmente hombres. Que es lo que suele pasar. Los hombres son los que han mandado siempre en los partidos, como en todas partes y se resisten a dejar el gran poder desde el que han decidido desde siempre. No es que crean que las mujeres no sabrán qué hacer con el poder, es que parece que temen que cuando el poder estuviera de verdad a partes iguales en manos de hombres y mujeres, acaso se notara que muchos de los hombres que lo han tenido no tenían méritos para merecerlo. Las mujeres en los partidos siguen viendo como hombres mediocres muchas veces, demasiadas veces, les pasan por la derecha y por la izquierda. Rajoy con su gobierno de cincuentones y de hombres, ha dado un mensaje de fe conservadora. Ni jóvenes ni casi mujeres. Ya lo dijo Alfonso Guerra completamente en contra de la “moda” de tener que poner en los sitios de responsabilidad a jovencitos y mujeres, menos mal que no dijo jovencitas. En fin hombres al poder. Las cuatro mujeres del gobierno de Rajoy tiene cada cual sus méritos para haber sido elegidas, unos con más peso que otros, los méritos quiero decir. Es cierto que Mariano Rajoy cuando le pregunten el porqué de tan pocas mujeres puede responder que de esas pocas hay una que tiene tanto poder que compensará el escaso número. Me temo que no vale, Rajoy ha dado el grandísimo poder a Sáenz de Santamaría, no porque ella no lo valga, que lo vale, sino porque esa mujer, fiel, trabajadora, incansable en su asistencia al líder, se le convirtió en su pieza indispensable para que funcionara el engranaje de la estrategia de oposición y el del funcionamiento todo de la Presidencia del PP que ostentaba Rajoy. La quiere con la mano de hierro que ha exhibido en el partido, en el gobierno. La quiere Rajoy para su tranquilidad. Se lo ha ganado, ha sido la sombra de Rajoy y su cabeza, a decir de muchos, en todos los asuntos decisivos. Conservando a sus fieles a su lado, el presidente envía su más claro mensaje: es un conservador. Estaba claro pero ya es meridiano. Tan conservador que ha vuelto donde estábamos en la prevalencia de los hombres en un gobierno conservador en lo político y unos dicen neoliberal y otros ultraliberal en los económico. De eso ya hablaremos. Hoy por hoy con un gobierno de tanto hombre no queda más remedio a las mujeres que estar alerta. Hay que reconocer que Zapatero ya había dado un grave paso atrás en su política de igualdad suprimiendo ese ministerio, con lo que de mensaje a la sociedad supuso su creación. En él se van quedado conquistas, la esperanza de llegar a la igualdad está a punto de embarrancar si las mujeres no estamos alerta. Por cierto, con movimientos inquietantes tanto de la derecha como de la izquierda.
