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'Gran Reserva' tendrá nueva temporada con más personajes

el 04 jul 2010 / 20:32 h.

Con una media de cuatro millones de espectadores semanales, Gran Reserva se ha convertido en la serie revelación de la temporada, gracias a que al toque de “melodrama y culebrón” se han añadido tramas de thriller, que le han permitido agrupar a “diferentes tipos de público”, dice su creador, Ramón Campos.

Y si el drama se hizo protagonista en el penúltimo capítulo, con la muerte de una nieta de Vicente Cortázar (Emilio Gutierréz Caba), el final de Gran Reserva se dedicará a solventar quién disparó a su hijo Miguel (Tristán Ulloa), además de cerrar otros “misterios principales de la serie”, explica Campos en una entrevista con la agencia Efe.

“Me da rabia cuando te dejan con algo pendiente”, añade el productor ejecutivo y guionista de Gran Reserva, quien avanza que el personaje de Miguel, “el malo que se volvió bueno”, lanzará las tramas de la segunda temporada, cuando deba elegir “entre el bien y el mal para volver a ser lo que era”.

Gran Reserva contará con una segunda entrega de 13 capítulos que comenzarán a rodarse en agosto; en ellos habrá muertes, “siempre verosímiles”, y nuevos personajes, que Campos prefiere no adelantar, aunque sí explica que algunos que estaban “aletargados” tendrán más protagonismo, por ejemplo Daniel Reverte (Ricard Sales) y Sara Gracían (Alejandra Lorente), la novia de Pablo (Francis Garrido).

Este cúmulo de pasiones se trufará con más toques de thiller, apunta el productor, a quien le gusta “hacer ver que está dando un género, pero ofrecer otro”, como hizo en Desaparecida, la serie de TVE con la que se dio a conocer.

Todo ello con un presupuesto ajustado a la crisis económica, con una reducción de entre un 10 y un 15 por ciento, “como están haciendo todas las cadenas”, reconoce Ramón Campos, socio de Bambú producciones, con la que trabaja para TVE.

“Se bajan los presupuestos, pero no los sueldos y mantener la misma calidad se hace más complicado”, apunta el productor, que sitúa su serie en el coste medio de la mayoría, entre 400.00 y 450.000 euros por capítulo.

Aunar las facetas de productor y guionista es para Campos otra de las claves del éxito de Gran Reserva, ya que le permite supervisar totalmente la parte creativa. “No me gusta que los realizadores o la gente que no es creativa controle al final la serie”, precisa.
También ha ido adaptando los guiones a la personalidad de los actores y, curiosamente, el personaje de Vicente Cortázar no aparecía en la idea original; era su esposa fallecida, Rosalía, quien encabezaba la familia de bodegueros.

“Pero cuando vimos a Emilio Gutiérrez Caba le dimos la vuelta”, comenta Campos, quien con este personaje ha querido hablar en este final de las “consecuencias del nacionalismo, en este caso a pequeña escala, de cómo darle tanta importancia al terruño, a la sangre, no tiene sentido y al final se pagan las consecuencias”.

La iluminación es uno de los aspectos en los que incide el productor durante un recorrido por el plató, en el que ha preferido perder espacio en el perímetro para jugar con la entrada de diferentes luces, que confieren a Gran Reserva una ambientación “natural” que ha sido muy alabada.

El personaje de Ana Risueño, quien da vida al ingenua Enma, y el de su pérfido marido Gustavo Arístide (Armando del Río) cobrarán nuevos bríos en la próxima temporada, siguiendo la estela de lo que se pulsa a través de los picos de audiencia y “lo que nos llega de la calle”, dice Ramón Campos.

Para la actriz madrileña, que ha trabajado en Cuéntame o Más que amigos, Gran Reserva está triunfando porque ofrece “una trama de intriga rodeada de un montón de relaciones personales en la que cabe de todo: amores, traiciones, pasiones, todos los sentimientos humanos condensados.

Es muy universal en todos los sentidos.“Fue una sorpresa que funcionase”, reconoce su creador, tras la “dura” experiencia de Guante blanco, otra de sus creaciones, que TVE ha repuesto los lunes con escaso éxito de audiencia, causa por la que desapareció de la parrilla tras emitir tres episodios en 2008.La ausencia de publicidad en la cadena pública sí le ha permitido jugar con ventaja a la hora de escribir Gran reserva, puesto que “te permite una narrativa diferente, como la de una película, en la que no son necesarias las reiteraciones”, concluye.

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