Hace justo un año, cuando José Antonio Griñán tomó el relevo de Manuel Chaves al frente de la Junta , el nuevo presidente se marcó un objetivo ambicioso: la reforma de la administración autonómica para hacerla más eficiente y austera. Hasta ahora se han dado pasos tímidos, como la eliminación de dos consejerías, 39 altos cargos y el ahorro de 300 millones en gastos en los Presupuestos, pero queda por delante lo más difícil. Griñán, que ayer hizo balance de sus doce meses de mandato, dijo que no renunciará a llevar a cabo lo que se propuso y que mantiene su compromiso de reformar la administración periférica, que implicará reducir las delegaciones provinciales, y de reorganizar el sector público empresarial.
El presidente dio algunas pistas de cómo será el nuevo organigrama de las empresas públicas, un diseño que está ultimando la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, y que buscará la "eficacia y la racionalización". El propio Gobierno andaluz admite que en las empresas públicas hay opacidad, sobre todo en las participadas por diferentes administraciones, y detectó hasta 95 directivos que cobran más que Griñán. El presidente andaluz apuntó que se producirán "fusiones, concentraciones y unificaciones" siempre en términos de eficiencia. Sobre la posibilidad de que se toquen los trabajadores, sostuvo que "no necesariamente" tiene que hacerse y que primero habrá que "ver las plantillas y en qué medida se pueden reducir".
Sí avanzó su modelo de administración periférica, que concentrará el poder de la Junta en las delegaciones, de forma que puedan resolver el 95% de los asuntos que surgen en las provincias. Para ello, las delegaciones deberán ser "fuertes y consistentes" y previsiblemente habrá un recorte importante de su número. Griñán trasladó a este periódico que su intención era eliminar el 50%. No será fácil. Implicaría prescindir de parte del poder local del PSOE y, aunque Griñán ya tiene las riendas del partido, no hay que perder de vista que queda un año para las elecciones municipales.
Las políticas de austeridad de la Junta vienen además impuestas por el plan del Gobierno central para contener el déficit público. El Ejecutivo andaluz está haciendo números y ya ha anunciado que todos los departamentos sufrirán la tijera.
"Punto de inflexión". Griñán dibujó un primer año de mandato "duro, intenso, pero a la vez fecundo", y lleno de "cambios" -ha tenido dos Gobiernos y ha asumido la secretaría general del PSOE-A-. Defendió que la Junta es la comunidad que "más recursos" ha destinado contra la crisis e hizo un repaso de las medidas tomadas para reactivar la economía, desde los planes Memta y Proteja a la Concertación. Los más de 800.000 parados andaluces seguirán siendo su "gran preocupación" y aspira a que Andalucía sea la primera comunidad en caminar hacia el nuevo modelo productivo. Aseguró que el final de la crisis está "más cerca" y que los datos demuestran que hay un "punto de inflexión".
Preguntado por si debe hacer autocrítica sobre su primer año de presidente respondió que le hubiera gustado conseguir que los bancos abrieran el grifo del crédito. "Mientras no sea así, seguirá habiendo problemas".
