Local

Historia de una orden de dulce

La Orden del Mostachón es una asociación que cada año -y ya son 44- concede sus galardones para reconocer la labor de personas o colectivos de Utrera.

el 15 sep 2009 / 03:03 h.

TAGS:

Una tradición para la que parecen no pasar los años es la Orden del Mostachón, asociación que cada año -y ya son 44- concede sus galardones para reconocer la labor de personas o colectivos de Utrera, y cuyos orígenes no todos conocen.

Cada edición otorgan dos premios: uno a una persona o colectivo para reconocer una labor o actuación llevada a cabo durante el año y otro en honor a una trayectoria. En la próxima edición serán entregados a José Salazar, director de la Banda Sinfónica del Quinto Centenario, por la labor realizada durante el año jubilar, que se celebró con motivo de los 500 años de la Virgen de Consolación en 2007, y a la Yeguada Ayala, en la persona del empresario Rafael Ayala.

La historia de la organización es, para muchos, desconocida en Utrera. Y es que esta institución está consiguiendo soportar el paso del tiempo gracias al mantenimiento de ciertas normas, que le permitieron ostentar el prestigio del que puede presumir hoy día. Se trata de una asociación de carácter absolutamente privado, que no depende de ninguna institución, que no recibe ningún tipo de subvención de las administraciones y que, además, no posee ningún patrimonio.

Vio la luz en 1964 y fue fundada por el grupo de corresponsales de los medios de comunicación en la ciudad, con el principal objetivo de "premiar de una forma simbólica y oficiosa el trabajo, la dedicación, la entrega y el espíritu de sacrificio de todo cuanto se haga y realice y que redunde en beneficio y realce del buen nombre de Utrera".

Es curioso, ya que en aquellos años incluso existían en Utrera un mayor número de corresponsales de medios de comunicación que en estos momentos, también porque por aquellos años era la mayor ciudad de la comarca, con más habitantes incluso que Dos Hermanas. Dos de los fundadores viven todavía: Manuel Peña Narváez y Fermín Vaquero.

En sus 44 años de independencia, la orden se compone de los miembros natos, que son los que forman parte del sector de los medios de comunicación, y de los temporales, que se corresponden con personalidades destacadas de la sociedad civil, como médicos, abogados, arquitectos...

Hasta el año 1999, la orden establecía dos categorías en los premios otorgados. Por un lado, estaba el Mostachón de Oro, que se concedía a personas que habían realizado una labor de relevancia en el mundo de la ciencia y la investigación. Y, por otro lado, se entregaba el Mostachón de Plata, que iba a parar a manos de personas destacadas en el ámbito de la cultura y del deporte.

En 1999 se produjo una actualización y se dio paso a una comisión de cuatro miembros, representantes de los medios de comunicación de la ciudad. Un total de 18 personas componen la orden, entre las que se encuentran los miembros natos (representantes de los medios de comunicación), los fundadores y los temporales. El alcalde de Utrera, Francisco Jiménez (PA) también participa en las reuniones de la orden, ya que es el presidente de honor. Desde 2002, desapareció el Mostachón de Plata y se entregan dos de oro, para las dos modalidades existentes.

Normalmente, la orden se reúne para decidir los galardonados en una fecha cercana al 28 de febrero, día del Cristo de Santiago, patrón de Utrera. El otro acto que celebra suele ser en los días cercanos a la Feria Consolación, para entregar los dos galardones, que en la próxima edición, recaerán en las citadas personalidades, que recibirán el premio en septiembre, que es cuando son las fiestas patronales.

"En esta ocasión no hemos tardado mucho en tomar la decisión, ya que había unanimidad por parte de los miembros de la orden", cuenta el presidente de la misma, Antonio Cerdera del Castillo. "Otras veces, la decisión se postergó hasta altas horas de la madrugada", agrega.

El principal objetivo de estos premios, que suelen entregarse coincidiendo con la festividad de la patrona de Utrera, la Virgen de Consolación, es engrandecer y reconocer la labor que hacen por la ciudad los galardonados.

  • 1