Cultura

Hitler sale del búnker

el 10 dic 2010 / 19:57 h.

En su nueva novela, Eric Frattini plantea cómo la Iglesia sirvió de salvoconducto para algunos generales nazis.
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"¿Fue un montaje el suicidio de Hitler? ¿Existió realmente la famosa organización Odessa? ¿Quién era el Elegido para fundar el IV Reich? ¿Ayudó Pío XII a huir a criminales de guerra nazis? Éstas y otras muchas preguntas plantea el escritor superventas Eric Frattini (Lima, 1963) en su nueva obra, El oro de Mefisto, un thriller editado por Espasa en el que vuelve a recurrir a August Lienart como protagonista.

Esta novela es en sí una precuela de sus dos obras anteriores, El quinto mandamiento y El laberinto de agua. En esta ocasión, August Lienart será reclamado por su padre, un magnate francés, para que actúe de enlace entre Odessa, organización que nace en 1944 para conseguir cimientos financieros para un futuro Reich, y el Vaticano.

Frattini echa la vista atrás para desvelar los orígenes de este personaje cuando sólo era un joven seminarista.

Ambientada en el final de la Segunda Guerra Mundial, el autor plantea una duda en su novela. ¿Hitler se suicidó o huyó? Él se decanta por lo segundo y para demostrarlo presenta tres documentos. "El primero es de septiembre de 1945, donde un agente de la inteligencia de EE UU dice que ha detectado a Hitler al sur de Noruega. El segundo es la declaración de Ernst Baumgart, juzgado por crímenes de guerra, y donde dice que sacó a Hitler y a su esposa Eva Braun de Berlín y los llevó a Noruega", explica Frattini.

La última pista viene bajo el nombre de un submarino, el U977, que apareció en las costas argentinas y cuyos comandantes declararon haber transportado en él a un hombre y una mujer muy importantes del Tercer Reich.

"La novela tiene un 33% de ficción, otro 33% de realidad porque hay personajes como Hitler y otros que son reales, y un 33% plausible. Al final, te planteas si podría haber sido así de verdad", añade al respecto.

Sobre la relación de la Iglesia con los nazis no duda en afirmar que "Pío XII tenía más miedo a Stalin que a Hitler". Entre sus páginas, el escritor también menciona al conocido como Pasillo Vaticano, salvoconducto para los nazis que se refugiaban en Roma gracias a identidades falsas.

A pesar de reconocer que su protagonista "le cae como una patada en el hígado", admite que funciona muy bien porque es "un malo despreciable, pero muy culto". Frattini lo define como "una mezcla entre el doctor Moriarty de Sherlock Holmes, Fu Manchú y Darth Vader". A finales de 2011 llegará la nueva entrega del oscuro Secretario de Estado Vaticano, August Lienart.

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