Pasaba información sobre la investigación que llevaba a cabo el juzgado y la Guardia Civil a una organización internacional que se dedicaba al contrabando de tabaco. Esa es al menos la imputación que pesa sobre un funcionario del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Marchena, que incluso ha llegado a estar en prisión preventiva por estos hechos. En la operación, la Guardia Civil llegó a detener a otras nueve personas más a las que le incautó 240.000 euros y 123.500 cajetillas de cigarrillos.
La Guardia Civil logró desmantelar esta importante red en enero de 2012. Tras nueve meses de investigación, que se llevó de forma conjunta con agentes de Tenerife que seguían a los mismos contrabandistas, lograron dar con los componentes que introducían grandes cantidades de tabaco procedentes de Canarias, Gibraltar y Andorra y que vendían en Andalucía y Galicia.
Dentro de la operación, denominada platanera, se llevaron a cabo registros en viviendas de Marchena, Los Molares, Utrera, Umbrete, Paradas, Carmona y Dos Hermanas tras los que se detuvo en enero a nueve personas, de los siete ingresaron en prisión por los delitos de contrabando de tabaco y asociación ilícita. A uno de ellos, también se le imputó un delito de tenencia ilícita de armas, al encontrarse un arma en su casa.
La detención del funcionario no se llevó hasta transcurrido un tiempo, gracias a las escuchas telefónicas llevadas a cabo por los agentes. Entonces, todo el Juzgado estuvo bajo sospecha, al extremo de que tuvo que inhibirse por completo a favor del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1, que es el que sigue llevando el caso. La Guardia Civil concretó que el funcionario que supuestamente pasaba datos sobre el desarrollo de la investigación a los contrabandistas era el que tramitaba el expediente, procedió a su detención, según confirmaron fuentes del caso.
El funcionario ingresó entonces en prisión preventiva imputado por los delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y contrabando de tabaco. El imputado ha estado encarcelado de forma preventiva unos tres meses, tras lo que ha salido en libertad provisional tras abonar una elevada fianza, al igual que el resto de los detenidos, que también están ya en la calle.
En la operación, la Guardia Civil se incautó de 240.000 euros en efectivo, además de 123.500 cajetillas de tabaco de diferentes marcas y nueve vehículos de lujo. Parte de ese dinero, 180.000 euros, lo tuvieron que recuperar los agentes de una piscina, ya que uno de los imputados al ver llegar a la Guardia Civil lanzó los fajos al chalé contiguo, cayendo en el agua, junto con varias cajas de tabaco. Unos de los mayores registros, en los que participaron 100 agentes, se llevó a cabo en la casa de uno de los cabecillas que residía en Marchena.
