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Deportes

Intolerable agonía (100-60)

CRÓNICA. El CB Sevilla toca fondo en Vitoria y es el nuevo colista de la Liga Endesa.

el 28 dic 2014 / 19:43 h.

La actuación del CB Sevilla en el Buesa Arena confirma la vuelta a las andadas del equipo entrenado por Scott Roth, que continuó la tradición y salió escaldado de Vitoria con una actuación deplorable en la que ni siquiera compitió. La ingenuidad y la nula capacidad de reacción deja a los hispalenses en la cola de la clasificación eliminando los brotes verdes que parecían asomar hace un par de semanas. Y lo que es peor, yendo a menos respecto al paso al frente que sí han materializado rivales directos como Fuenlabrada, Estudiantes, Gipuzkoa o Manresa, el rival que mañana visita San Pablo. Un carrusel de errores en el lanzamiento marcó el inicio de un encuentro donde ambos tardaron más de dos minutos en estrenar el luminoso. De la falta de fluidez en la circulación se pasó a un ritmo de partido alto. Llamó la atención la titularidad de Watts, que no disputaba un solo minuto en Liga desde la novena jornada ante el Real Madrid. Los números dicen que la actuación del ala pívot estadounidense no fue tan mala (3 puntos, 7 rebotes y 8 de valoración). Sin embargo, sobre la pista evidenció unas enormes carencias defensivas haciendo que su par, Tornike Shengelia, marcara diferencias. En el bando hispalense, Willy Hernangómez intentó hacer lo propio ante Colton Iverson, cuyo efecto fue de gaseosa. El conjunto de Ibon Navarro empezó a abrir brecha con dos triples de Mike James y un parcial de 8-2 (21-12). Sólo Porzingis, Radicevic y Balvin intentaron taponar el inicio de la sangría, más pronunciada bajo el acierto –de nuevo- de Shengelia y Causeur para cerrar el marcador con un  28-16 al final del primer cuarto. La distancia ya estaba marcada pero sólo era el inicio de la enésima debacle. Especialmente desde el exterior, desde donde el Baskonia anotó hasta en seis ocasiones en ese periodo aprovechando una buena lectura de los tiros y, sobre todo, la poca presión sevillana en primera línea de lanzamiento. Poca, diciendo mucha, claro. Porque la placidez con la que resolvió Laboral Kutxa el partido ya al filo del descanso fue mayúscula e impropia. En un abrir y cerrar de ojos, los vitorianos sumaban máximas rentas de manera constante. El único tímido aliento hispalense fue un 0-5 entre Radicevic y Porzingis en el ecuador del segundo periodo para contrarrestar el 7-0 que se marcó San Emeterio. El reciente fichaje baskonista, Darius Adams, se sumó a una fiesta donde Begic y el cuestionado Vujacic no quisieron faltar. Al igual que Tillie y el joven Diop. Todos quisieron sumar y lo hicieron con una facilidad pasmosa. El CB Sevilla fue la mejor medicina para la exigencia a la que está sometido el Baskonia. No fue rival. Pues el marcador al descanso ya dejaba el partido listo para sentencia (54-33). Y aunque parezca mentira, que diría la canción, lo peor aún estaba por llegar. El paso por el vestuario no hizo más que agravar, ya no sólo la situación, sino la triste imagen del Baloncesto Sevilla. Un muñeco que encajó golpe tras sin reaccionar. El parcial y la valoración total del tercer periodo hablan por sí solas (23-8 y 34-0). Por no hablar ya de los porcentajes de tiro, rebotes, pérdidas… El marcador, con 36 puntos de distancia a falta de diez minutos todavía (77-41). Impropio de un equipo ACB. El festín vitoriano siguió su curso en el último y definitivo cuarto, por fortuna para un alma en pena llamado CB Sevilla que ya es colista de la Liga Endesa (100-60). Atrás quedaron ya los denominados brotes verdes, meros espejismos. Tampoco es momento para paños calientes, la enfermedad se ha vuelto a manifestar y se ha extendido con vigor en un tramo de calendario clave. Es momento de tomar decisiones si se quiere invocar a la reacción.

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