Si entrar en Isla Mágica va a costar 29 euros más los 7 opcionales del parque acuático (total, 36 euros) y el billete de Damas a Matalascañas ida y vuelta sale por 13,75, ¿quién va a pasarse este verano por la Cartuja, con el calor que va a hacer, además? La respuesta no la proporcionó ayer el director del asunto, Guillermo Cruz, durante la presentación de la oferta de contenidos del recinto para la temporada que comienza el Sábado Santo, pero saltaba a la vista ante el derroche de arte del elenco de actores y cetreros allí congregados para la ocasión, deleitando a los periodistas con un anticipo de sus números: el factor humano es lo que marca siempre la diferencia. Y en este caso, lo único que puede salvar a Isla Mágica de su historial suicida, más allá de novedades, playas, subvenciones, portugueses o milagros. De hecho, los espectáculos de teatro y fauna fueron lo primero que se presentó (o lo segundo, después de los nuevos colores teja y albero que van a estar por todas partes), lo cual se antoja de una sensibilidad más que prometedora para el futuro de la empresa, pese a los recortes de personal (lo de siempre: el mismo trabajo para menos gente). Y eso que la cosa venía cargadita de variaciones con respecto a la temporada anterior. La más conocida de todas, divulgada ya mil veces: que dentro de Isla Mágica habrá otro parque separado del resto, el acuático, con su playa, su río con barquichuelas y sus toboganes de última generación, y que abrirá a finales de junio. Las otras dos más sonadas:cierra Cinemoción, por obsoleto (prometen reabrirlo debidamente modernizado para otro año, cuando haya dinero), y se acaba la temporada navideña con todo su porte de castañas, buñuelos y cañones de nieve. «Queremos empezar a mejorar», decía el director, poco menos que palpándose el bolsillo. «Estos años atrás han sido muy complicados y las afluencias han caído». La estrategia ha sido sencilla:ni un céntimo más a Isla Mágica y apostarlo todo, cinco milones de euros, al parque acuático, como revulsivo. Siguen las mismas atracciones y los mismos cacharritos, mientras que la zona nueva incluirá una playa artificial para un aforo máximo de unas 3.000 personas, piscina de olas gigantes, toboganes «de alta emoción», piscina familiar, un chiringuito, tumbonas y flotadores de alquiler, vestuarios y consignas, reunido todo ello sobre 20.000 metros cuadrados.
- El elenco de artistas, con el director de Isla Mágica, Guillermo Cruz.