Manolo Jiménez se mostró ayer reivindicativo al referirse a su papel en el banquillo sevillista. Incluso se lamentó por "no estar peleando en estos momentos el título al Barcelona", aunque recordó que otras temporadas sus números darían para luchar por la Liga.
Y además también aceptó con naturalidad el baile de nombres que comienzan a pulular en torno al Sevilla como futuribles en el banquillo, principalmente Ernesto Valverde y Gregorio Manzano. Manolo Jiménez asumió que su puesto "es muy codiciado por muchos entrenadores". "Pero el que lo ostenta en estos momentos soy yo y soy yo el que va a llevar al Sevilla a la Liga de Campeones". Incluso recordó que la posición actual que ocupa su equipo está por encima de las posibilidades económicas de la entidad sevillista: "Ahora somos terceros, siendo el sexto o séptimo en presupuesto, y si no fuera por dos monstruos de equipos como el Barcelona y el Real Madrid estaríamos peleando por la Liga".
Es más, lamentó el de Arahal "estar peleando sólo por meter al equipo tercero en la Liga de Campeones". "Y lamento profundamente haber sido incapaz de superar al Barcelona y al Madrid", añadió, no sin cierta ironía.
En cualquier caso, Jiménez, que aseguró "respetar" las distintas opiniones que el sevillismo tiene sobre él, aceptó que el futuro puede depararle varias opciones, y si una de ellas es dejar el banquillo del Sevilla "tendría que decidir" con él mismo y su familia si dejar la capital hispalense para entrenar fuera. "Pero ahora lo que me preocupa es el Mallorca, no pienso en eso".
También fue cuestionado el técnico del Sevilla -en este caso por los asistentes al curso Prensa y Deporte en el colegio Blanco White- por su relación con el presidente José María del Nido, que "siempre está a la altura de los acontecimientos, presionándonos al cien por cien para crecer, es una persona ambiciosa y quiere personas ambiciosas, pero es razonable y sabe que sólo un equipo como el Sevilla, con la primera vuelta que ha tenido por las lesiones, es capaz de mantenerse donde está. Ahora tenemos que corresponderle con ambición y resultados", señaló.
Igualmente, habló del caso de Jesús Navas, de quien dijo que tiene en su mano ser un crack: "Jesús no se va a estancar nunca, tiene condiciones físicas y técnicas, y cuando se lo proponga, será un crack. Si no ha ido hasta ahora a la selección española no es porque no quiera defender a España, sino porque sabe que no se va a sentir a gusto. Para los sevillistas es una bendición que quiera limitarse a jugar con el Sevilla. El día que sea más egoísta, me temo que no lo disfrutaremos".
Otro de los puntos en los que más se extendió el preparador de Arahal fue en sus relaciones con la prensa, que "son buenas, sabiendo que no se puede estar replicando continuamente": "En las ruedas de prensa procuro dar las respuestas pensando siempre en lo que es bueno no sólo para ti, sino para tu equipo. Sé a quién represento y por eso a veces me paro. Soy entrenador del Sevilla y eso es lo que hay que tener en cuenta".
"No me siento maltratado por la Prensa, porque no me dejo -continuó el técnico-, aunque como entrenador es complicado entender ciertos análisis, porque siempre se hacen a posteriori, aunque sé que todo es opinable y respetable desde el respeto y admitiendo la libertad de expresión de cada cual".
