José Tomás y Miguel Ángel Perera protagonizaron ayer una gran tarde de toros en el segundo festejo de la Feria de Badajoz, donde salieron a hombros tras repartirse siete orejas de una buena corrida de Jandilla.
Tomás cortó dos orejas de cada uno de su lote. Las dos de su primerotras una faena de alto voltaje y mucha importancia, en la que el de Galapagar expuso mucho con un toro noble en los primeros tercios pero que se fue abajo. Estuvo muy ajustado desde el saludo de capa con verónicas y chicuelinas. Más todavía lo fue el quite por gaoneras con el que lo fijó. La faena tuvo lugar en los medios, sin alharacas, pisando muy pronto los terrenos del toro, con verticalidad, ajustes y mucho temple. La estocada le dio el doble trofeo.
Con el quinto, un toro flojo, le costó tomarle el aire. En los medios siempre, por abajo el toro se caía y por arriba protestaba. Menos fresco que en el anterior, y también sin enemigo enfrente, Tomás dejó buenos momentos sueltos, dando el pecho, con la muleta puesta y llevándolo largo, aunque no con la intensidad anterior.
Perera mostró su mejor cara. Paseó dos orejas del sexto y una del tercero, en el que también se pidió el doble trofeo. Fue ese un toro bueno de Jandilla con el que el extremeño salió muy caliente y arreando, lanceándolo a pies juntos con quietud, la misma que tuvo en un quite por tafalleras.
La faena de muleta tuvo gran nivel e intensidad, comenzando por estatuarios y con series largas, rotas, encajadas y profundas del toreo fundamental, toreando muy largo y llevando al buen Jandilla empapado siempre en la muleta.
Pedrito de Portugal paseó una oreja del primero, un buen toro de Jandilla, con un gran pitón derecho, con el que puso voluntad pero no terminó de aprovechar.
