Bueno, Zoido y Cabello, durante el anuncio del relevo. Foto: E. Recio
Se acabaron las cábalas y la remodelación del Gobierno de Juan Ignacio Zoido, obligada por sentencia del Tribunal Constitucional, se quedará en un mero ajuste. Un movimiento de fichas que otorga más poder si cabe al portavoz del PP, Juan Bueno, que asumirá las tareas como delegado de Seguridad y Movilidad que ha tenido que abandonar de manera precipitada, por su condición de concejal no electo, Demetrio Cabello. Este, que inicio su carrera política hace dos años al asumir el reto que le planteó Zoido y que se ha ganado en este tiempo la condición de ser el edil más natural del Gobierno local, ni ocupará cargo de asesor ni regresará al Cuerpo Nacional de Policía, porque ya está jubilado.
Su marcha se notificó en un corrillo improvisado para la ocasión, arropado por el alcalde y su sucesor en el cargo. Cabello se despidió con la misma naturalidad con la que entró. Reconoció que no ha parado de hacer másters de prácticamente todo, sobre todo de sindicalismo, desde que entró en política y, a su vez, pidió disculpas si incurrió en algún error en su gestión, que calificó de luces y sombras, puesto que sólo es infalible el Papa. Todo lo que he hecho ha sido con la intención de ayudar, pero nunca, perdonen la expresión [mirando al alcalde], para joder, manifestó sin tapujos el delegado, que citó como desafíos la negociación con los taxistas y los contactos con los cocheros de caballos para colocar pañales a los equinos.
Hizo tal reflexión después de las palabras del alcalde, que evidenció la despedida agridulce a un concejal que asumió las complicadas áreas de Seguridad y Movilidad, en la que había promesas incumplidas a Bomberos y Policía Local y problemas con los aparcamientos y pasos subterráneos que ha conseguido encauzar. Me da pena que una decisión del TC impida que pueda seguir, manifestó Zoido.
El alcalde escogió como recambio a Juan Bueno. Aunque la terna de aspirantes a ocupar el puesto de Cabello se podía intuir amplia, a la vista de los 20 ediles de los que dispone el PP en el Ayuntamiento, la lista se reducía si se imponía la filosofía implantada por Zoido en el Gobierno local a inicio de mandato: la de un organigrama que diferenciaba entre los concejales con tareas de gobierno y ediles dedicados en exclusiva a cada uno de los 11 distritos de la ciudad. Con esa premisa, dos de los candidatos, el delegado de Triana, Curro Pérez, y el del distrito Este, Ignacio Flores que lideró los temas de seguridad desde la oposición se caían del cartel. El tercero en las quinielas, Maximiliano Vílchez, ya tenía bastantes tareas a sus espaldas con Urbanismo y Medio Ambiente.
La solución más fiable era Juan Bueno, que además ya compartió con Flores tareas de oposición en esta materia y, además, ya asumió atribuciones similares en su paso, hace años, por la Subdelegación del Gobierno de Andalucía. Además su figura sigue creciendo, después de que en este último año haya asumido el liderazgo del PP de Sevilla tras la marcha de Zoido a la dirección regional. Bueno, que pese a todo adelantó que no dejará la Portavocía del Grupo Popular en el municipio, no concretó medidas específicas y se limitó a afirmar que dará continuidad a la senda emprendida por Cabello.
Para empezar, el cambio no ha disgustado al sindicato de Policía. El secretario general del Sppme, Manuel Bustelo, elogió el carácter dialogante de Bueno y ensalzó su carácter político, que es una de las carencias que, a su juicio, detectó en Cabello. El portavoz sindical no fue tan condescendiente como Zoido y manifestó que hay que desatascar muchos problemas que padece el colectivo al que representa, y que en estos dos años no sólo no se han resuelto sino que han terminado en los juzgados. Así, confía en que el relevo en el área de Seguridad logre calmar el mal ambiente entre el Consistorio y la Policía.
