Dicen que tenía sobre cuarenta años cuando allá, por el de nuestro Señor de 1819, viniéndole un golpe de inspiración, acierto, luz y genialidad, la "imaginó". Dicen que por sus hechuras cobró novecientos reales; dicen que el fraile a quien el artista entregó el recibo se llamaba José Cavello; y dicen que su belleza, dulzura y estilo, junto con la Esperanza (esperanza tenía que ser) Macarena, crea un estereotipo que con los años la convertirán en el modelo de Virgen mas imitada y copiada por los artistas venideros.
Ni que decir tengo que me refiero a una imagen cumbre de la Semana Santa de Sevilla y, ahora viene el mensaje, hoy la tienen en la calle para rezarle, pedirle, disfrutarla y deleitarse cuanto quieran. Se quejan los puristas de las salidas extraordinarias, que es un abuso, que por el quince aniversario de una zambrana se saca un paso y no debe ser eso; se quejan los hedonistas que vaya lata con las procesiones todo el año, que si los atascos, que si el ruido, que si los vecinos?
Miren ustedes, por un aniversario de una tontería nunca se ha sacado un paso a la calle; y si una cofradía altera la ciudad, aguántese o búsquese una alternativa para esa tarde, que he visto manifestaciones de ocho, doce y quince notas con un microbús policial detrás y cuatro motoristas de tráfico y no sucedió nada. Yo, desde aquí le doy las gracias a la querida Hermandad del Sábado Santo y les anuncio que no me voy a despegar del paso ni con agua caliente; que la Trinidad no me la pierdo yo ni soñando.
José María Font es Abogado
