La felicidad nunca es completa en el Betis, que justo ahora que atraviesa su mejor racha en mucho tiempo se encuentra con la pérdida de Edu, la confirmación de que Mark González necesitará tres meses para reaparecer y la duda de Juanito y Monzón. El capitán tiene difícil jugar mañana.
Los médicos del Betis no salen de una cuando se meten en otra por culpa de las lesiones, que los tienen sin descanso desde que empezó la pretemporada. El panorama parecía despejado cuando Edu puso fin a la rehabilitación de la grave lesión de tobillo que sufrió a mediados de agosto, pero enseguida se oscureció de nuevo. Primero cayó Mark González, con un fortísimo esguince de rodilla en un choque ante Argentina; luego se resintió Juanito, con molestias en el bíceps femoral originadas en un problema lumbar; y el miércoles repitió Edu, otra vez con rotura fibrilar. Al chileno y el brasileño no se les espera para los próximos partidos, pero el gaditano ya aguantó en Pamplona y confiaba en hacer lo mismo frente al Deportivo... hasta ayer. El central no se ejercitó y ahora mismo es muy dudoso que pueda intervenir en el partido de mañana.
Naturalmente, el cuerpo técnico del Betis no piensa arriesgar lo más mínimo y no forzará a Juanito, pero hoy por lo menos le hará una prueba durante el último entrenamiento de la semana para comprobar su disponibilidad. Su concurso frente al equipo gallego no es el único bajo sospecha. También parece complicado que el argentino Monzón sea siquiera convocado, ya que en Castellón sintió un pinchazo en la rodilla y ni mucho menos está recuperado del todo, aunque su puesto está bien cubierto por Fernando Vega. En el caso del central, su plaza sería para Melli.
Mark pasó la revisión. Los galenos del Betis también estuvieron ayer muy pendientes de Mark González, al que por fin pudieron examinar después de que el chileno permaneciese en su país desde que se lesionó. El doctor Santiago Pérez Hidalgo lo sometió a una resonancia y el dictamen coincide con el original: esguince del ligamento lateral interno de la rodilla, "sin más patología", y tres meses de baja.
A partir de ahora, el extremo estará 45 días con la rodilla inmovilizada y luego empezará la rehabilitación, que durará un mes y medio, así que su reaparición será en enero. "Lo he visto bien de ánimo", indicó el médico.
