El primer estirón del tranvía se ha topado con más de 300 alegaciones al proyecto presentado por la Delegación de Movilidad (PSOE). El plazo para reclamar acaba mañana y, hasta la fecha, la única que no ha puesto pegas es la Delegación Provincial de Cultura. El rosario de alegaciones lo encabeza IU, socio de Gobierno del PSOE, y pivota sobre una clave: reivindicar menos coches y más espacio para la bici, el bus y el peatón.
La Comisión Provincial de Patrimonio, organismo dependiente de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta, ha dado su plácet al proyecto municipal, al que sólo pone una salvedad: "Deberá realizarse una intervención arqueológica preventiva consistente en un control arqueológico del movimiento de tierras" a lo largo del tramo ampliado, señala el dictamen. Y se justifica que, aunque las obras previstas no afectarán a Bienes de Interés Cultural, entornos de los mismos o a yacimientos conocidos, por si acaso -siempre puede saltar alguna sorpresa en el subsuelo- son precisas estas catas dado que para ejecutar las vías habrá de hacerse una zanja de 1,50 metros de profundidad media.
El Ayuntamiento, pues, no tendría mayores problemas para afrontar su proyecto. Pero no será la cosa tan fácil. Mañana acaba el plazo de alegaciones y habrá que ver cuántas de las más de 300 modificaciones presentadas aceptan los socialistas, lo que podría provocar cambios y, por tanto, obligar a reiniciar los trámites burocráticos, incluido el de su paso por la Junta.
El caballo de batalla está en las alegaciones presentadas por el socio de Gobierno de los socialistas, Izquierda Unida, cuyo portavoz, Antonio Rodrigo Torrijos, sigue manteniendo que si no se atienden las indicaciones de su partido, el proyecto no tendrá su apoyo. Y tampoco lo tendrá de la oposición ni de numerosos colectivos sociales, desde ecologistas, ciclistas y vecinos hasta los empresarios, que incluso amenazaron con llevar la ampliación a los tribunales si no se modifican sus presupuestos.
En definitiva, el diseño de los socialistas está muy lejos de aunar un mínimo consenso. Además, se da la circunstancia de que las alegaciones presentadas por IU van en la misma línea que las otras casi 300. Esto es, se pide que no se eliminen árboles, que se protejan los ejemplares afectados por las obras, que disminuyan los carriles para los coches para no colapsar aún más la zona, que se facilite el tránsito de bicicletas y peatones (aceras y carriles bici más anchos y menos rotondas), así como que exista un carril para el autobús público. El presupuesto, por otro lado, se ve excesivo, y de ahí que se demanden detalles de cómo y quién pagará los 72 millones. Y el trazado también se cuestiona. De hecho, IU exige un estudio pormenorizado del tráfico y de los viajeros potenciales y ha planteado que discurra por La Buhaira en vez de por San Francisco Javier al entender que así se ahorrarían costes.
Ante tal situación, una incógnita son los plazos. Es más que probable que la obra entre el apeadero de San Bernardo y Santa Justa -el tramo más caro y más conflictivo- no arranque antes de las próximas elecciones municipales.
El trazado. Si el proyecto municipal sale adelante tal y como está, algo poco probable, desde el Prado hasta el apeadero de Renfe en San Bernardo (880 metros) no habrá ninguna parada intermedia y el tranvía circulará por un lateral, cruzando al centro de la calzada a partir del cruce con la avenida de la Borbolla y Juan de Mata Carriazo. Adosados a la plataforma tranviaria se habilitarían dos carriles de circulación para autobuses, taxis y vehículos privados.
Los dos kilómetros entre el apeadero de San Bernardo y Santa Justa irían por la Enramadilla y San Francisco Javier, para girar a la izquierda hasta Luis de Morales (con tres paradas). Cruzaría después Luis Montoto, donde habría una glorieta, y seguiría por el centro de Kansas City hasta Santa Justa.
Con los planes del PSOE, entre marquesina y marquesina no habría más de 500 metros, de ahí que los tranvías podrían llegar a alcanzar los 25 kilómetros por hora, es decir, más rápido que el actual. Si el proyecto no cambia, el viaje desde la Plaza Nueva hasta Santa Justa en tranvía durará entre 15 y 17 minutos.
