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La cal busca su prestigio en Bali

Una familia de caleros espera hoy que la Unesco declare su producto Patrimonio de la Humanidad

el 24 nov 2011 / 20:30 h.

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Marcelino, lamentándose en la banda.

La cal vive hoy su día más importante. Será a lo largo de la mañana cuando se conozca si finalmente es declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas (Unesco) en Bali. Y hasta Indonesia se ha marchado, a principios de semana, una representación de la Asociación Hornos de Cal, promotora del proyecto, esperando traer para Morón tan preciado reconocimiento.

Más cerca, en la misma ciudad del gallo, una familia sigue muy atenta el desarrollo de la Candidatura. Es Gordillo´s Cal, último vestigio de la producción artesanal de la cal en hornos y firme defensora del proyecto junto a la asociación. De hecho, uno de los miembros de la empresa, Isidoro Gordillo, ha sido el tándem de Manuel Gil Ortiz, presidente de Hornos de Cal, en las reuniones mantenidas para sacar adelante la propuesta y uno de los que ha financiado el viaje a Bali, junto a la asociación local La Casetita y la empresa aceitunera Montegil.

Es por ello que esta familia espera ansiosa la llamada más esperada desde hace años. Un timbre que les anuncie que su preciado producto es Patrimonio de toda la Humanidad, reconociendo con ello este oficio con el que llevan trabajando desde 1874.

De generación a generación han ido pasando este oficio siendo Isidoro y su hermano Antonio los últimos bastiones de la sociedad, cogiendo el testigo del oficio de su padre Antonio. Cuentan que fue su bisabuelo quien comenzó con la fabricación pasando mas tarde a su abuelo y después a su padre para seguir la estirpe ellos dos. Para Antonio Gordillo, su trabajo es motivo de orgullo ya que "sólo la experiencia y los conocimientos transmitidos de padres a hijos hacen al calero". Una dura tarea que Antonio padre recuerda con añoranza. Del trabajo, rememora la dureza de los días cuando se cuece la piedra hasta obtener el ansiado producto. Una labor que no ha cambiado, "excepto la leña que se utiliza, en ocasiones, para cocer".

Pero sólo ellos producen la cal como antaño. Estos dos hermanos son un raro ejemplo, ya que poco a poco la cal industrial ha ido desbancando a la producción manual de este producto. El alto coste de fabricación ha conllevado el abandono progresivo del oficio de calero. De hecho, Gordillo´s Cal es la última de una amplia lista de empresas que subsistían en Morón a principios del siglo XX. Sin embargo, han sabido adaptarse a los cambios, consiguiendo un mercado emergente como es la restauración con cal. Es así como consiguen mantenerse entre tanta competencia.

Aunque están nerviosos, esperan buenas noticias "ya que hemos pasado todos los filtros", asegura Isidoro.

Ahora su temor es tener que enfrentarse a lo que puede suponer el reconocimiento de la Unesco ya que entonces "tendremos que recoger el testigo de muchas generaciones, algo de mucho peso para nosotros".

El trabajo de todas esas generaciones es lo que se defiende en Bali. Bajo el título de Revitalización del saber tradicional de la elaboración de la cal artesanal, el oficio de Antonio compite con los patios de Córdoba y Sevilla para obtener el reconocimiento de Bien Inmaterial de la Humanidad. Si lo consiguen, Gordillo´s Cal formara parte también de nuestro patrimonio Inmaterial.

Los restos más antiguos de este material son los frescos de Çatal Hüyük (Turquía) que datan del sexto milenio antes de nuestra era. Luego los romanos recogen la experiencia de los estucos, egipcios y los enlucidos griegos aplicando sus cualidades para la construcción. Pero no será hasta el siglo XVIII cuando el oficio llegue a Morón, alcanzando auge en principios del siglo XX con 30 hornos dedicados a la producción.

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