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La Cámara de Comercio entra en pérdidas debido a Bankia y Cívica

La depreciación de las acciones aboca a los primeros números rojos y crean malestar. Un grupo minoritario pide explicaciones y se aplaza la aprobación de las cuentas de 2012

el 06 jun 2013 / 09:00 h.

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Francisco Herrero, presidente de la Cámara de Sevilla, en una imagen de archivo. Francisco Herrero, presidente de la Cámara de Sevilla, en una imagen de archivo. Pleno de la Cámara de Comercio de Sevilla del pasado martes. En el orden del día, el análisis y la aprobación de las cuentas del año 2012. El punto es retirado. Una carta previa dirigida al secretario general en funciones, Pedro Delgado, recoge una larga lista de preguntas sobre los números. No es para menos. La institución ha entrado en pérdidas, números rojos que proceden fundamentalmente de sus inversiones bursátiles en acciones de Bankia y Banca Cívica –hoy absorbida por el grupo catalán Caixabank–, aunque arroja beneficios en su actividad ordinaria. El malestar, sin embargo, es creciente en una minoría, que se agarró a tales números rojos y, en cifra de diez, se reunieron por separado para solicitar explicaciones al presidente, Francisco Herrero, sin que nadie diera un paso al frente para ir más allá... Aguas calmadas, que no tranquilas. Herrero se prestó a que su equipo diera más tiempo para examinar las cuentas y los balances y atender todas las preguntas. No en vano, en la institución consideran que los datos del ejercicio 2012 son incluso “modélicos”, sin parangón en las cámaras del Estado que, al no tener diversificada su actividad como sí la sevillana –servicios varios, cursos de formación ocupacional y reglados–, están sufriendo con mayor intensidad la caída de ingresos por la supresión de la cuota cameral obligatoria –la que abonaban todos los empresarios y autónomos–. Los números son los números y éstos constatan que la Cámara de Sevilla perdió 210.758 euros el año pasado, frente a los 45.376 ganados en 2011, cuando ya estaba vigente la eliminación de la cuota cameral. Este resultado negativo procedió de la depreciación contable de las acciones de Bankia y Banca Cívica –el grupo de cajas en el que se integró Cajasol y hoy desaparecido–, que se tragó 381.354 euros. Se trata de una dotación (o reserva) por la caída del valor de las acciones de ambas entidades financieras. Esta inversión ya en su día suscitó críticas por parte de miembros del plenario que cuestionaron que la Cámara realizara este tipo de inversiones especulativas en bolsa, y el pasado martes el asunto volvió a ponerse sobre la mesa. Desde la institución, por su parte, recordaron que esa apuesta bursátil fue aprobada por el Pleno y se preguntaron si también hubiera sido puesta en duda si hubieran aflorado las ganancias. Eso sí, visto en la distancia, se asumió un riesgo al jugar en el mercado con el excedente acumulado en la tesorería. Al analizar las cuentas, existe un beneficio de explotación –procede de las actividades principales de la Cámara– porque los ingresos fueron superiores a los gastos. En estos últimos, se redujeron todas las partidas –por ejemplo, un 24,45% la de personal, tras el recorte de plantilla acometido, hasta 3,68 millones de euros, a excepción de las vinculadas con las publicaciones y la de viajes y dietas–. Mientras, los ingresos descendieron un 12,32%, hasta los 9,27 millones, especialmente por el impacto de la desaparición de esas cuotas obligatorias. En la citada carta enviada al secretario general, se solicitan datos detallados de los salarios de la alta dirección y los bonus percibidos –el cargo de presidente no es remunerado, tan sólo tiene gastos de representación–. En el sostén de los recursos obtenidos por la institución cameral hay que tener en cuenta que ésta se hizo con la totalidad del accionariado del campus educativo EUSA –ubicado en el entorno de Viapol y con titulaciones universitarias, que se sumaron a la formación ocupacional y para desempleados–, centro con programación creciente. Se trata de otro de los temas de discordia dentro de los socios de la Cámara de Sevilla, puesto que hay quienes entienden que ampliar su labor formativa conlleva “hacer la competencia” a las propias empresas, aunque la Junta de Andalucía, tuteladora de las instituciones camerales, no se opuso en su día a la entrada en el capital de EUSA. Pero otro asunto espinoso es el interés por comprar el club empresarial y deportivo Antares, ahora en suspensión de pagos (concurso de acreedores), una operación que ha sido debatida en los órganos internos, no sin rechazos. Aún queda que salga adelante la Ley de Cámaras del Gobierno central, algo que condiciona cualquier paso que quieran dar los opositores a la gestión de Herrero –entre ellos un alto cargo de la patronal CES–, quienes se agarran a las pérdidas. En el Pleno del martes estuvieron 36 de sus 56 miembros y hablaron 3 críticos. Allí no hubo tensión, sí entre bambalinas...

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