Decenas de personas de nacionalidad mauritana acudieron ayer a la Audiencia de Cádiz para reclamar justicia para el matrimonio condenado por haber obligado a su hija a casarse y a mantener relaciones sexuales con su marido. La Fiscalía pidió ayer en una vista prisión para ambos porque considera que hay riesgo de fuga.
El silencio mantenido por la pareja durante el juicio, que derivó en una sentencia de 17 años para la madre y año y medio para el padre, se rompió ayer para defender su inocencia ."La niña dice mentira en un 100% porque es un montaje de la familia de acogida. Le han dicho que sus padres somos muy malos y le han cambiado su idea", señaló el progenitor.
Su esposa aprovechó para dirigirse a la reina Sofía a la que le pidió ayuda "para salir de este pozo" porque, según aseguró, "por una mentira voy a estar en la cárcel 17 años". Será el tiempo que tenga que pasar en prisión si el Tribunal Supremo ratifica la condena de la Audiencia Provincial. Su libertad podría agotarse hoy mismo si la Sala Tercera, en el auto que tiene pendiente, decide atender a la solicitud de la Fiscalía que considera que debe entrar en prisión para evitar su huida. Considera que aumenta esta posibilidad debido a la proximidad geográfica con Mauritania y a que sus otros dos hijos se han desplazado a su país de origen, según la defensa, por la "mofa" que sufren en su colegio de Puerto Real debido a la repercusión mediática del caso.
Pero la principal preocupación del Ministerio Público es el "peligro" al que se expone la niña, de 16 años, de que se vuelva a encontrar con su madre, que tiene una orden de alejamiento. Recientemente se cruzó con ella en el centro educativo donde también estudian sus hermanos. "Esto provoca un lógico temor y pánico a la menor que ha vuelto a saber que no está segura, que está al alcance de ellos y prima su seguridad", señaló la fiscal, Lorena Montero.
La defensa, representada en el letrado José Álvarez, aseguró que si es necesario la familia está dispuesta a trasladarse a otra localidad para eludir la prisión y aseguró que también debe tenerse en cuenta a los otros dos hijos de la pareja, que también son menores.
"En modo alguno mis clientes van a salir de este asunto por la puerta de atrás. No es el carácter del pueblo mauritano ni de mis defendidos", añadió el abogado, quien señaló que ni siquiera tienen pasaportes.
La sala donde se celebró la vista estuvo completamente llena ante la numerosa presencia de paisanos de la pareja que a las puertas de la Audiencia pidieron respeto a sus costumbres. En los numerosos carteles que portaban se demandaba a la sociedad española comprensión a sus tradiciones: "Las diferencias culturales forman parte de la alianza de civilizaciones", rezaba una de las pancartas.
