Izquierda Unida pedía en el Pleno de ayer que el alcalde, Juan Ignacio Zoido, pidiese disculpas por la campaña de «desprestigio y difamación» emprendida por el Ayuntamiento contra las familias de la Corrala Utopía y, al final, casi tiene que pedir disculpas IU. El mismo día que se conoció la paralización del desahucio de la familia de Pino Montano, al no pedir Emvisesa la ejecución, la intervención en el Pleno de la concejal de Asuntos Sociales y Familia, Dolores de Pablo-Blanco, encendió a algunas de las mujeres de la Corrala Utopía realojadas por la Junta tras ocupar ilegalmente durante dos años un bloque de Ibercaja en San Lázaro. Dos de ellas fueron expulsadas de un Pleno que tuvo que interrumpirse unos minutos ante los insultos contra la edil del PP y el tumulto que se formó entre las restantes personas de este colectivo. Tras reanudarse la sesión, el portavoz de IU, José Manuel García, condenaba expresamente «cualquier tipo de insulto o agresión verbal» a los miembros del Pleno, por lo que exigió a las personas de la Corrala Utopía que respetasen el debate. Algo que pareció insuficiente a la edil del PP. Dolores de Pablo-Blanco incluso criticó que el perfil oficial de la asamblea local de IU en la red social Twitter le atribuyese una actitud provocadora. Oportunamente le pasaron un móvil que supuestamente no debería estar encendido dentro del Pleno y pidió la retirada de tuits como: «De Pablo Blanco insiste en que las familias de la Corrala Utopía no están en riesgo de exclusión. Su desvergüenza no tiene límites». «Se empeña en negar lo que dicen los informes de sus servicios sociales». «Concejales del PP, tras calentar a los vecinos se hacen las víctimas porque les insultan desde el público. Qué hipócritas!». Por su parte, De Pablo-Blanco insistía en que había dicho «la verdad» y la Junta (la Consejería de Fomento que dirige IU) había «burlado las normas» para realojar a las familias de la Corrala Utopía, enfatizó la concejal del PP, que vio cómo el PSOE secundaba la propuesta de IU y avisaba, aludiendo a las reacciones del grupo popular, que no aceptaría «que se nos atribuya ningún respaldo a insultos o amenazas». A esas alturas del debate, los estómagos de sus señorías ya hacían ruido y más de uno pensaba en las vacaciones, quizás por eso el ambiente estaba tenso en un Pleno que empezó ruidoso. En el debate sobre la ordenanza contra los ruidos la edil de IU Josefa Medrano declaró el Ayuntamiento Zona Acústicamente Saturada por el tono especialmente alto de Maximiliano Vílchez, delegado que se caracteriza por su moderación y sosiego. Sin embargo, hasta aseguró que dimitiría si la socialista Encarnación Martínez le mostraba el artículo de la norma que dice que la Policía Local puede cerrar un bar con licencia por exceso de ruido. «Me voy si me lo enseña». Y no pudo, porque el texto definitivo sólo dice que la Local puede clausurar un bar o discoteca ilegal, sin licencia.
