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Cultura

"La declaración del flamenco como patrimonio de la humanidad traerá subvenciones y turismo"

La directora de la Agencia del Flamenco confía plenamente en que el arte jondo conseguirá el reconocimiento de la Unesco, algo que le permitirá acceder a ayudas para la mejora del centro de documentación y adquirir más fondos.

el 07 nov 2010 / 20:04 h.

Carrasco tiene plena confianza en que el flamenco volverá de Nairobi como Patrimonio de la Humanidad.

-¿Por qué después de la negativa de 2005 la Junta decide intentarlo de nuevo?
-Desde la negativa de 2005, se supo que había cosas que se podían haber hecho de otra manera y se fueron solventando algunos errores. Además cambió la normativa. Antes sólo existía una lista de urgencia para la salvaguarda del Patrimonio Inmaterial. Después se dividió en dos: una para el patrimonio inmaterial y otra, la vía de urgencia, para manifestaciones en peligro. Por lo tanto, vamos a presentarnos por la primera, que en 2005 no existía.

-¿Ya no es necesario que el bien esté en peligro de extinción?
-Exactamente. Se pretende la salvaguarda de un patrimonio vivo. No es meterlo en una burbuja y mantenerlo, sino velar por que haya una divulgación.

-La negativa de 2005 sorprendió mucho pero no hubo un análisis posterior y público para saber qué se pudo haber hecho mejor. ¿Qué falló entonces?
-Se hizo lo que se pudo. Se intentó introducir el flamenco dentro de una lista en la que realmente no encajaba al 100%.Había posibilidades, porque se presentó junto a la música andalusí. Se hizo una candidatura conjunta con Marruecos, para que entrara, pero no estaba claro. Ahora optamos sólo con el flamenco.

-¿Qué papel desempeñan Murcia y Extremadura?
-El expediente está hecho con técnicos de estas comunidades. Las tres consejerías de Cultura, lideradas por la Junta, solicitaron el apoyo a la Comisión Nacional de Patrimonio, que era otro paso previo a presentar el expediente. Luego el Gobierno central lo presenta ante la Unesco, que dice que no basta con que un estado quiera presentar una candidatura, sino que necesita el respaldo de la comunidad y de los agentes implicados.

-Al margen de desvincular el flamenco de las músicas andalusíes, ¿han cambiado algo más en el expediente?
-La Comisión de Patrimonio Inmaterial de la Unesco se crea en 2003 y poco a poco ellos han ido perfilando las normas. Ahora hay un cuestionario muy exhaustivo que debemos rellenar los candidatos. Esto no existía previamente. Antes se hacía un expediente general. Ahora hemos reutilizado el de 2005. También piden una documentación básica obligatoria y otra complementaria. Todo el trabajo que se hizo la vez anterior, de entrevistas, artículos e investigaciones, lo hemos editado en un libro y lo hemos dado como información complementaria, porque era muy buena. Aparte de eso, el expediente es muy claro. Estamos convencidos de que el flamenco puede conseguirlo, porque encaja perfectamente con los requisitos que marca el cuestionario sobre costumbre, tradiciones, ritos, sentimientos, forma de vivir... El flamenco no es sólo cultura. Lleva alrededor una identidad.

-¿Cuánto costó la candidatura de 2005 y cuánto ésta?
-La de 2005 no sé cuánto costó. Sé que fue un poco más costosa, pero es un trabajo previo que nosotros hemos usado. Si no hubiera estado hecho, habría que haberlo encargado. Esa labor hubo que pagarla y ahora nosotros nos la hemos encontrado hecha. El expediente lo ha elaborado la Agencia. Creo que no llegó a 18.000 euros lo que costó hacerlo e imprimirlo. Después, la campaña Flamenco soy y el material de promoción ha costado en torno a 50.000 euros. Y para los actos y conciertos que hemos organizado para dar a conocer la iniciativa hemos contado con la colaboración de las cajas de ahorro: 100.000 euros de Caja Granada y otros 100.000 de Cajasol, que a día de hoy no se han gastado del todo.

-¿Ha sido entonces razonablemente económico esta vez?
-Sí, porque no podíamos permitirnos otra cosa. Creo que ha estado bien. Siempre se podría haber hecho más. Se ha sumado también RTVA, que nos ha realizado y difundido los anuncios de televisión y en radio. Y sus protagonistas no han cobrado ninguno, ni Bisbal, ni Morente, ni Cristina Hoyos, ni Pasión Vega... Entonces, es una campaña costosa, hecha con voluntad.

-¿Con qué manifestaciones compite el flamenco, tanto de fuera como de dentro de España?
-Las de fuera no las tenemos. China presenta más de 80 candidaturas. Pero no compite ninguna entre ellas. Los expedientes no son excluyentes. Se valora aspirante por aspirante. Se encarga de ello una comisión con 24 miembros de distintos países. Además, no hay límite de declaraciones ni de candidaturas. El pasado año se declararon muchas, como la forma tradicional japonesa de preparar un té. En España ya tenemos declarado el Silbo gomero, el Tribunal del Agua o la Patum de Berga. En 2009 se declaró el tango.

-¿El hecho de que ya no sea tan restrictiva la lista, no le resta valor?
-Tenga en cuenta que hay muchos expedientes que quedan fuera. A todos no les dicen que sí. No hay un número máximo. El año pasado nos dijeron que aproximadamente habían entrado un 40% de los presentados.

-¿Cuántas candidaturas presenta España?
-Los casteller de Cataluña. Pero no hay competencia con el flamenco. Ya sabe que el presidente de la Generalitat se sumó a nuestra campaña. También se presenta el canto de la Sibila mallorquín, además de la dieta mediterránea, que es una candidatura compartida entre España, Italia, Marruecos y Grecia.

-Supongamos ahora que se logra la declaración. Luego qué. Mucha gente piensa que va a venir dinero de la Unesco para el flamenco. ¿Es así?
-En la Unesco tienen dinero para medidas puntuales sobre bienes recogidos en la lista. Es verdad, pero hay que presentar el proyecto para acceder a las subvenciones.

-¿De cuánto hablamos?
-Varía. No tengo la cuantía exacta. Las principales cantidades están destinadas a la salvaguarda. En este caso, nosotros podríamos optar a ayudas para mejoras en el centro de documentación, para la digitalización, para la adaptación a las nuevas tecnologías, para la recuperación de todo lo que tenemos allí. Pero sí que hay subvenciones. No tenemos la información todavía. La hemos solicitado, pero como no estamos ya en la lista, aún no tenemos acceso a ella.

-¿Para qué más podría usar esas ayudas la Agencia?
-Para todo lo relacionado con la recuperación del patrimonio. Podríamos recoger el testimonio oral de mucha gente. Hay personas que hacen donaciones de su patrimonio, pero hay otras a las que les ha costado esfuerzo y dinero tener un legado artístico y busca algo más que un reconocimiento institucional. Para eso necesitamos ayudas, para ir adquiriendo fondos.

-Al margen de las subvenciones, ¿qué supondrá la declaración en la práctica?
-Este reconocimiento conlleva también unas obligaciones de los estados. Habrá que realizar informes estrictos sobre la situación del flamenco para que se mantenga en esa lista. Además, la declaración obliga a tener políticas destinadas a la salvaguarda del bien, y todo eso implica que, más allá de la coyuntura política y de las voluntades personales, España tendrá una obligación de mantener las instituciones destinadas al flamenco, sus políticas y sus líneas de actuación. Esto también está recogido en nuestro Estatuto.

-Digamos que la Unesco obligará a España a que potencie y conserve el flamenco.
-Exactamente.

-¿Y hace falta que la Unesco le diga a España que invierta en flamenco?
-No se trata sólo de la parte económica. Todas las protecciones que pueda tener un bien que lo merece son pocas. El arte jondo está recogido en el Estatuto. Tampoco haría falta, porque ya existen unas políticas de conservación, pero no está de más. Como tampoco está de más que lo reconozca la Unesco. No es que haga falta, que yo creo que sí. No es necesario, pero sí es justo. En una lista donde hay tantas manifestaciones culturales, ¿por qué la nuestra no?

-¿Beneficiará al turismo? ¿Hay algún estudio sobre el impacto que puede suponer?
-Muchos. Hay ejemplos de poblados donde han tenido incluso que hacer un plan para el turismo porque se han multiplicado las visitas en torno al bien nombrado Patrimonio de la Humanidad. Nosotros ya tenemos mucho turismo cultural vinculado al flamenco, pero también tenemos los datos de que el gasto medio diario del turismo cultural es el doble que el normal. Que el flamenco figure en la lista seguro que ayuda a que aumente. Aunque sea difícil de creer, no todo el mundo lo conoce.

-Y con esta declaración, ¿el flamenco llegará a las escuelas?
-La Unesco no puede obligar a la enseñanza de la materia porque esté reconocida. Pero el hecho de ser Patrimonio de la Humanidad le quitará argumentos a algunos concejales de Cultura que ante proyectos de flamenco que les han presentado han dicho que eso no es cultura. Con esto tendríamos un documento que estaría por encima de cualquier voluntad personal de un ayuntamiento.

-¿Eso pasó en Andalucía?
-No, pero ha pasado en España. Hay otro caso de una profesora de un instituto de Jerez, a la que se le negaron los puntos que le correspondían por impartir un curso sobre flamenco. El director del centro alegaba que el flamenco no se lo puede reconocer como materia de docencia. Entonces, ¿es importante que la Unesco reconozca este arte? Pues mire, yo con lo que veo cada día puedo decir que sí.

-¿Se puede saber dónde ocurrió eso?
-En principio no. Yo estoy esperando la declaración. Una de las primeras cosas que haré será mandarla a ese ayuntamiento.

-Que eso pase hoy en día es sorprendente.
-Sigue pasando. Al que le gusta el flamenco y está metido en él, estas cosas no le llegan. Cuando bajas un poco a otros niveles ves que sí se necesitan más garantías. Volviendo a lo de las escuelas, el PSOE ha llevado una proposición al Parlamento para que el flamenco entre en Secundaria. Espero que haya consenso.

-¿Los distintos partidos tienen también distintos grados de apoyo al flamenco?
-No tiene nada que ver. Desde la democracia el flamenco ha ido mejorando. La imagen que teníamos del flamenco en el franquismo era despectiva y de marginalidad. Sólo era utilizado como distracción, pero nunca como un arte, nunca para un teatro. Eso ha cambiado mucho con la democracia. Desde Andalucía se ha peleado mucho por llevarlo al mismo nivel de otras artes.

-Puede parecer contradictorio que mientras se hace este esfuerzo para que el flamenco sea reconocido internacionalmente, en Andalucía el arte jondo atraviese una grave crisis. Hay festivales de pueblos cancelados, la bienal de Málaga se suspendió, los empresarios hablan de la peor situación de su historia, porque los ayuntamientos no tienen fondos para contratar...
-No voy a entrar yo en cómo está la crisis en los ayuntamientos y cuáles son los sectores más resentidos. El 90% de las empresas beneficiadas de las ayudas de la Agencia para actuaciones fuera de Andalucía son andaluzas. Creemos en la necesidad de desarrollar la industria y crear mercados. Usamos fondos europeos para la internacionalización del flamenco, de ahí que apoyemos iniciativas que están fuera de nuestro país. Pero el 90% de las empresas que se benefician de ellas son andaluzas. Es verdad que el festival local puede estar más resentido, porque ha habido consistorios que no han logrado tener los mismos recursos que otros años. Estamos intentando tener estadísticas para ver cuántos festivales no se han hecho en comparación con 2008 y 2009. Yo no lo sé aún, de verdad. Pero creo que no son tantos. Y la crítica a la internacionalización no la entiendo.

-¿A qué crítica se refiere?
-Ese comentario que se escucha por ahí de "estáis dejando de lado el flamenco en Andalucía para llevarlo fuera". Son distintos apoyos. La Agencia no ha ido todavía sola fuera de España. No hemos abierto puertas ni teatros por voluntad propia, sino con colaboraciones en respuesta a ideas y festivales. Esas participaciones en festivales de fuera no exceden los 20.000 o 25.000 euros, y siempre destinadas a pagar el caché de artistas andaluzas. Creemos que abrir mercados es importante. Además son subvenciones de fondos europeos. Otra cosa es que pudiéramos cubrir el déficit de los ayuntamientos, pero no podemos.

-Si finalmente no se logra la declaración, ¿qué va a pasar?
-Si la candidatura no se acepta pues tendríamos que hacer una gran reflexión. Ver si nos hemos equivocado, reconocer los errores y seguir trabajando. Nosotros estamos convencidos de que el flamenco lo tiene que conseguir. Si no lo ve así la Unesco, habrá que dar explicaciones. Además habría que seguir trabajando y no descuidar otras líneas de actuación.

-¿Se volvería a intentar?
-Yo creo que logrará la declaración. Si no, en función de las oportunidades que se vean, se decidirá. Habrá que ver si hemos dejado algo por hacer y analizar si es positivo volverlo a intentar.

-¿Se sentiría directamente responsable?
-Me sentiría corresponsable con todo el mundo que ha trabajado en esto desde el principio. Cuando llegué a la Agencia, la decisión estaba casi tomada. Estaba Francisco Perujo al frente. Estuve con él trabajando codo a codo. Me sentiría corresponsable con mucha gente.

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