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La (difícil) tarea de evaluar al profesorado

La Junta abrió el debate de evaluar al profesorado universitario en 2006. "Hay un interés renovado por evaluar la docencia y establecer nuevos criterios de evaluación para incentivar aquella que sea de calidad.

el 15 sep 2009 / 21:56 h.

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La Junta abrió el debate de evaluar al profesorado universitario en 2006. "Hay un interés renovado por evaluar la docencia y establecer nuevos criterios de evaluación para incentivar aquella que sea de calidad. No se trata de penalizar, sino de primar a los buenos docentes". El director de la Agencia Andaluza de Calidad (AGAE), Elías Fereres, se fijaba entonces introducir estos cambios en el marco de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. Y éste ya está aquí.

Después de dos años de negociaciones, la Junta ha conseguido arrancar a las universidades unos principios básicos, genéricos, en lo referente a la evaluación de los profesores, que a partir del curso 2009/2010 será obligatoria. Pero cuando se trata de definir qué consecuencias tendrán esos exámenes, la tensión rompe la baraja.

Así, ocho universidades andaluzas -todas menos la Universidad de Sevilla, la más importante en volumen de alumnos y profesores junto con la de Granada- consensuaron un modelo de evaluación llamado Docentia Andalucía -un trasunto del modelo Docentia nacional- en el que se dice expresamente: "Cada Universidad podrá tomar las decisiones que considere oportunas de cara a reconocer y/o premiar a aquellos docentes evaluados favorablemente, así como establecer las medidas oportunas con aquellos cuya evaluación haya sido desfavorable de forma continuada".

Pero la Junta de Andalucía ha buscado desde el primer momento consensuar un modelo único para todas las Universidades andaluzas. Y aquí entra en escena el llamado Marco Andaluz de Evaluación de la Actividad Docente del Profesorado.

El pasado jueves 15 de enero, la Comisión de Fomento de la Calidad del Consejo Andaluz de Universidad aprobó un borrador de propuesta, que ahora tendrá que negociar la Administración con los sindicatos, en el que se delimitan aquellos aspectos de los que deben ser examinados los docentes.

Según se recoge en el punto 8 del documento -Dimensiones para la evaluación docente-, serán cuatro: la planificación docente (15 puntos de un total de 100), el desarrollo de las clases (25), resultados de la docencia (30) y mejoras innovadoras que introduzca en las aulas (otros 30 puntos). En el apartado de resultados, "se tendrá en cuenta la información proporcionada por diferentes agentes: el alumnos [a través de encuestas], el propio profesorado y otros posibles agentes internos y externos". "Estos resultados -continúa el documento- se concentran en variables relativas al rendimiento de los estudiantes, la eficacia en cuanto a consecución de objetivos y la satisfacción laboral del docente". El resultado del examen puede ser desfavorable, favorable, muy favorable o excelente.

¿Y tendrá consecuencias esta calificación? Aquí de nuevo se evidencias las discrepancias entre universidades, hasta el punto de que en la reunión de la Comisión de Fomento de la Calidad del Consejo Andaluz de Universidades se decidió cambiar el epígrafe denominado Consecuencias de la evaluación de la actividad docente por Recomendaciones de la evaluación de la actividad docente. Una cambio sustancial, porque con ello se elimina de un plumazo la obligatoriedad por parte de las Universidades de tomar medidas en caso de evaluaciones desfavorables. Entre esas medidas estaban "la modificación de la asignación docente del profesorado", o "posible concesión de complementos por calidad docente", en el caso de una nota favorable.

Como prueba de que este asunto levanta más que suspicacias en el seno de las Universidades no hay más que echarle una vistazo a las actas de la reunión de la comisión académica del CAU del pasado mes de diciembre. Algunos responsables académicos plantearon eliminar las consencuencias de la evaluación docente porque "el sistema universitario ya tiene bastantes problemas para que se le añada otro más con la evaluación de la actividad docente, que va a ser un tema que puede generar muchos problemas".

El Marco Andaluz de Evaluación de la Actividad Docente del Profesorado es el que todas las Universidades andaluzas tendrán como referencia, pero después cada una fijará sus propios modelos de examen. En la Universidad de Sevilla, el asunto lleva años encima de la mesa del Rectorado. Será el actual responsable académico, Joaquín Luque, el que le tendrá que dar una salida definitiva. Y no será fácil. Hasta ahora, el sistema utilizado [encuestas a los alumnos vía internet] se ha reconocido "insuficiente". De los 57.568 alumnos matriculados en el curso 2007/2008, sólo un 10% las cumplimentó, lo cual significa que un 20% de docentes no pasó por este filtro.

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