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La Esperanza de los azulejos

Alrededor de la Capilla de los Marineros y la Basílica de la Macarena se congregaron cientos de fieles que aguardaban a que las respectivas puertas de los templos se abrieran. El motivo: las Esperanzas estaban en sus palios resplandecientes y sin ningún exorno floral. (Foto: J.M.C).

el 15 sep 2009 / 01:35 h.

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Alrededor de la Capilla de los Marineros y la Basílica de la Macarena se congregaron cientos de fieles que aguardaban a que las respectivas puertas de los templos se abrieran. El motivo: las Esperanzas estaban en sus palios resplandecientes y sin ningún exorno floral. Únicamente la Virgen presidiendo los respectivos presbiterios. Un síntoma más de la llegada de la Semana Santa.

La cola en los alredeores de la muralla se formaba desde las 17.30 horas. Algunos desconocían por qué permanecía cerrada. Otros dejaban pasar el tiempo contando anécdotas pasadas en las noches de Jueves Santo, y los más aventurados hacían cábalas sobre el tiempo que hará en poco menos de cuatro días. Todos estaban preparados para verla en su palio como pocas veces se ve. En el palio y sin que nada pueda entorpecer o inmortalizar la imagen de la Virgen con una cámara de foto, o un teléfono móvil. "Cualquier aparato sirve si te llevas a casa su estampa", explicaba algo emocionado un hermano de la corporación de San Gil. La Macarena luce desde ayer una recreación de la célebre toca de rombos juanmanuelina que vistiera la Vírgen en el primer tercio del siglo XX. El contraste de edad lo pone el manto camaronero (de los tres que tiene el más antiguo) obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Por otra parte, las figuras del misterio estrenarán las corazas de los romanos y la orfebrería, que se presentan esta noche en la basílica.

Al mismo tiempo, en el arrabal trianero de la calle Pureza, hermanos y devotos de la Esperanza, algunos con la medalla bajo la camisa, contemplaban un palio listo para la primera levantá. El vestidor de la Virgen, Francisco Javier Hernández Lucas, ha vuelto a apostar por el estilo que llevara en los años cincuenta o sesenta. La imagen, protagonista ayer en la estrecha capilla, se encuentra con un aspecto similar al del año pasado. Tan sólo cambia en un matiz. El tocado que llevara la madrugada anterior era blanco, mientras que el que lucirá esta Semana Santa es dorado, por lo que se parece aun más a la V´rigen del azulejo de la antigua cárcel del Pópulo del Arenal.

"La veo en el palio y me creo que la Cruz de Guía va a abrir el cortejo de nazarenos ahora mismo", apuntaba Mario Talavera, un vecino del barrio. Al contrario de lo que ocurrría en San Gil, el palio comandado por el capataz Juan Manuel López se presentaba ante los que visitan la Capitana, como se conoce cariñosamente la talla atribuida a Juan de Astorga, lista para que las velas se fundan en el candelero. El manto elegido para esta ocasión es el de Borrero, de 1944.

Citas cofrades. El paso de misterio de la Macarena realizará este jueves por la noche (una semana antes que la salida procesional) su tradicional retranqueo desde el museo hasta la basílica.

La corporación trianera, por otro lado, está de aniversario este año. El próximo Viernes Santo se cumplen justamente 400 años de la fundación de la antigua hermandad de las Tres Caídas en el convento trianero de las Mínimas.

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