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¿La hora de la energía nuclear?

Los pronucleares empiezan a pensar que efectivamente es la hora de la energía nuclear. El crudo roza los 100 dólares por barril, los países productores son ejemplo de inestabilidad política y cada vez más voces claman que prevenir el cambio climático es la tarea más urgente de la humanidad.

el 14 sep 2009 / 21:14 h.

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Los pronucleares empiezan a pensar que efectivamente es la hora de la energía nuclear. El crudo roza los 100 dólares por barril, los países productores son ejemplo de inestabilidad política y cada vez más voces claman que prevenir el cambio climático es la tarea más urgente de la humanidad.

Foro Nuclear, por ejemplo, argumenta que la polémica pronucleares-antinucleares no tiene sentido: "El debate sobre energía nuclear sí o no debería estar superado. España no puede prescindir de ella porque estamos un 35% por encima de nuestro compromiso con el protocolo de Kioto; importamos un 85% de la energía y el consumo ha crecido casi un 50% en los 10 últimos años". La energía nuclear, añaden, lucha contra el calentamiento global, pues las centrales "no producen emisiones mientras operan y garantiza el suministro".

Los ecologistas, por su parte, están de acuerdo en el planteamiento, pero piensan que la energía nuclear no sólo no es la solución, sino que empeora el problema, por ser cara y peligrosa. Si se trata de garantizar el suministro o disminuir las emisiones de dióxido de carbono, la opción son las energías renovables, que ni dependen de importaciones ni producen CO2.

Para Carlos Bravo, responsable de Energía Nuclear de Greenpeace, el optimismo pronuclear es pura estrategia. Sus defensores quieren, según él, que la opinión pública perciba esta opción como inevitable. Y están convencidos de que el futuro de estos recursos es, como mínimo, el establecido por el programa electoral del PSOE en 2004. Pero lo cierto es que está a punto de terminar el mandato que nació con grandes riesgos para el futuro de las nucleares, sin haber impulsado retrocesos importantes en este tipo de energía. El Gobierno no cerrará la polémica nuclear de Garoña ni publicará el calendario de cierre de centrales antes de las elecciones, según informa el propio Ministerio de Industrial.

las promesas. Hace unos días, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se pronunció al respecto y se mostró reacio a potenciar el uso de la energía nuclear al entender que los países que apuesten por esta opción podrían tener una actitud más relajada y menos comprometida con las energías renovables, la eficiencia energética y el ahorro. Para Bravo, son dos promesas las que el Gobierno ha de cumplir: "Debe sacar el calendario de cierre para que en la próxima legislatura se plasme en una ley" y, en cuanto a Garoña, si no cumple "la promesa de cierre que hizo a través de los medios y que reiteró María Teresa Fernández de la Vega, sería sumamente decepcionante". "Sería absurdo que una central amortizada, que no produce ni el 1,5% del total eléctrico, siga ahí, arriesgándonos a un accidente grave", alega.

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