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La huelga de controladores deja en tierra a 5.000 sevillanos

La protesta afectó a medio centenar de vuelos que debieron salir de San Pablo

el 03 dic 2010 / 21:18 h.

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"Por el abandono masivo de los puestos de trabajo de controladores aéreos", "lamentamos no poder darles más información porque depende de los controladores aéreos"... Aena informaba ayer con frases como éstas de las cancelaciones y retrasos del medio centenar de vuelos que estaba previsto que despegaran ayer del aeropuerto de Sevilla. El balance fue que más de 5.000 personas no pudieron llegar a su destino, trucándose así sus vacaciones del gran puente de final de año, el de la Inmaculada.

El caos en el aeropuerto era total cuando en las pantallas empezaron a salir las primeras cancelaciones. Las colas ante los mostradores de las principales compañías se fueron agrandando con el paso de las horas y la indignación de los viajeros subía conforme se repetía el "no sabemos nada más".

Una pancarta de CCOO en la que rezaba "No a la privatización. Aena pública" era la diana de las críticas. "Si tuviera un mechero, la quemaba". "No tienen derecho a hacernos esto". "Ahora tendremos que pasar horas aquí para que nos devuelvan el dinero y nos habrán destrozado nuestras vacaciones". Eran algunos de los comentarios de los afectados.

Hasta las 21.00 horas, en las pantallas de San Pablo rezaban 16 vuelos a Barcelona, Madrid, Santiago, Alicante, Bilbao, Vigo, Tenerife, Mallorca, Lisboa, Gran Canaria... de los que cinco estaban cancelados y el resto retrasados. Todo apuntaba ya a que no despegarían. Incluso las colas se veían por los cristales desde fuera del aeropuerto: eran las personas que ya estaban ante su puerta de embarque.

"Nos han dicho que a las 12.00 de la noche cambia el turno de los controladores y que, quizás, se arregle la situación y puedan salir algunos vuelos", decía Marta, una de las más optimistas.

"Yo lo doy todo por perdido, ya que me dijeron que el vuelo de mañana a Santiago ya está lleno, así que no hay puente", lamentaba Rafael. La cafetería del aeropuerto fue la única beneficiada.

Por su parte, la Junta recordó ayer que en estos casos "el pasajero cuenta con el derecho a la información, al reembolso o a transporte alternativo y a la atención".

La compañía que cancele el vuelo tiene la obligación de proporcionar a cada afectado un impreso con sus derechos, proporcionándole la información de forma accesible a los discapacitados. En todo caso, la anulación del vuelo "siempre conlleva el derecho a reembolso o al transporte alternativo", recuerda la Junta.

El transportista debe facilitar las distintas opciones: el reembolso en siete días del precio que costó el billete, correspondiente a la parte del viaje no efectuada o al total si el vuelo ya no tiene razón de ser, y si procede, "un vuelo de vuelta al primer punto de partida lo más rápidamente posible".

Otra opción es llevarlo al destino final en otro transporte lo más rápido posible, o en otra fecha que convenga al pasajero. El viajero tiene derecho a que la compañía aérea le facilite gratis comida y refrescos suficientes, en función del tiempo que tenga que esperar hasta la salida del vuelo alternativo, y también a dos llamadas telefónicas, mensajes de fax o correos electrónicos.

Si el transporte alternativo es al día siguiente o se hace necesaria una estancia adicional a la prevista por el pasajero, el transportista está obligado a ofrecer gratuitamente alojamiento en un hotel y transporte entre el aeropuerto y este establecimiento.

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