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La incertidumbre acerca de los saberes últimos

Laín Entralgo distinguía, hace ya algún tiempo, entre saberes últimos y saberes penúltimos. Estos son los que proporciona la Ciencia.

el 16 sep 2009 / 04:13 h.

Laín Entralgo distinguía, hace ya algún tiempo, entre saberes últimos y saberes penúltimos. Estos son los que proporciona la Ciencia. Aquellos se refieren a preguntas también últimas, como el origen de la vida, del universo o del mal. Aquella aporta un saber real y evidente, incluso con carácter provisional, ya que progresa a través del método de ensayo y error, de modo que toda verdad científica ha de considerarse provisional hasta que no se demuestre su falsedad. Por el contrario, los saberes últimos son de creencia puesto que no muestran evidencia alguna. Ante las preguntas últimas, un hombre sensible responde con una de estas cuatro actitudes, según el autor citado: la desesperación, la metáfora, el agnosticismo o la creencia. Esta no se muestra como evidente, ni tampoco como racional; a lo más que llega es a mostrarse como razonable. Debe quedar claro que el creer implica un riesgo por bello que sea. Ya lo decía S. Tomás: "El conocimiento del creyente no es perfecto, en cuanto no es obtenido por visión manifiesta -esto es, por evidencia-, en lo cual el creyente conviene con el que duda, con el que sospecha y con el que opina". El riesgo es consustancial con la vida y la moderna sociología nos habla de la sociedad del riesgo, el cual se puede actualizar en siniestro. Además, incertidumbre referida al mundo de la vida. Así, los progresos de la Ciencia, con las aplicaciones técnicas que de ella pudieran derivarse, generan desconcierto e incertidumbre. Si tratamos de concretar lo razonable, nos encontramos con una palabra de gran actualidad. El T. Constitucional habla de un test de razonabilidad y a nuestras Admionistraciones Públicas se les pide que acierten con soluciones razonables. Cierta Filosofía Jurídica pone de manifiesto que lo razonable tiende a identificarse con aquello que es aceptable por una buena parte de la comunidad, o que es conforme con ciertas instituciones o ideas relevantes. También, un equilibrio entre diferentes exigencias contrapuestas ante un caso concreto, una aceptable ponderación entre ellas, de modo que no se pueden elegir soluciones que acampen al margen de esa ponderación.

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