Los precios no suben. Y eso tiene sus cosas buenas las rentas familiares no se deterioran aún más pero también sus cosas malas pospone el consumo y la inversión ante la perspectiva de que proseguirá ese abaratamiento, y sin consumo ni inversión tampoco hay creación de empleo y los salarios van a la baja en las revisiones de convenios colectivos. Y el riesgo de deflación una caída generalizada de los precios existe. Desde la escuela de negocios Instituto Internacional San Telmo, su profesor Fernando Faces ya lo ha advertido.
En febrero, la alimentación fue la que arrastró a la baja a la inflación en la provincia de Sevilla, cuando hasta ahora era de lo poquito que se encarecía. En efecto, sus precios cayeron cuatro décimas, seis lo hicieron el vestido y el calzado por los últimos coletazos de las rebajas comerciales de invierno y una el transporte básicamente los carburantes. Subieron, en cambio, un 1,6 por ciento el ocio y la cultura, dos décimas la vivienda incluye el alquiler, no la compra, pues esta última se considera una inversión y no un gasto y una las medicinas, los hoteles, cafés y restaurantes. Son las diferencias estadísticas con respecto a enero.
Teniéndolas presentes, en los dos primeros meses los precios se han reducido en la provincia el 1,3 por ciento, dejando la tasa interanual la acumulada en un año, que es la que cuenta realmente en el -0,1 por ciento (en negativo), al igual que en octubre de 2013. Hay que retrotraerse al año 2009 para encontrar el índice en rojo, un color que, por lo demás, suele ser un desconocido en la inflación en la provincia. De las series homogéneas disponibles en el Instituto Nacional de Estadística (INE) tan sólo aflora en siete meses todos en 2009 desde el año de partida: 1994.
En el conjunto de doce meses, las comunicaciones, por la guerra de las operadoras de telefonía, han arrojado el principal recorte, con un 6,8 por ciento, seguidas del transporte (el 1,9 por ciento) y el ocio y la cultura (1,4 por ciento). En cambio, las bebidas alcohólicas y el tabaco se encarecieron el 2,2 por ciento, la enseñanza, el 1,9 por ciento), los alimentos y bebidas no alcohólicas (1,8 por ciento) y la vivienda (1,2 por ciento).
Para la media regional, el Índice de Precios de Consumo (IPC) reveló un estancamiento en febrero respecto al mes precedente. Desde que arrancara este 2014, la bajada ha sido del 1,6 por ciento, dejando la tasa interanual en un -0,2 por ciento. Y el comportamiento de los distintos grupos de productos fue similar al contabilizado en la provincia sevillana.
En la comunidad, también hubo una tasa negativa en octubre pasado, además de a lo largo de varios meses de 2009. Salvo estas dos excepciones, en las series disponibles en el INE, que se remontan al ejercicio de 1979, no ha imperado el rojo.
La Consejería de Economía consideró que la evolución de los precios en Andalucía en febrero es acorde con los de la economía española y europea, y da continuidad a la trayectoria de moderación de las tasas que se observa desde mediados de 2013. Esta tranquilidad no es compartida por CCOO: el estancamiento actual no sirve para compensar la pérdida de poder adquisitivo acumulado durante años.
Denunció, asimismo, el aumento de los convenios colectivos que no se aplican, las rebajas de salarios y pensiones, los recortes de prestaciones y la destrucción de puestos de trabajo y la precarización del nuevo empleo que se crea. La ralentización de la negociación colectiva andaluza se debe, en su opinión, a la negativa empresarial a incluir mejoras salariales en los convenios y pactos laborales tras más de un lustro de moderación y reducción generalizada de salarios.
En el conjunto de España, la tasa de inflación interanual quedó en tablas (0 por ciento). Los precios ni subieron ni bajaron en febrero. En los primeros meses, -1,4 por ciento.
