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La Junta negocia que se devuelva el dinero del cotillón suspendido

La fiesta de fin de año programada en la sala Olympic dejó tirados a 400 jóvenes

el 08 ene 2014 / 23:28 h.

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sala-olympic-sevillaLos aproximadamente 400 jóvenes que pagaron 35 euros, con derecho a barra libre, para disfrutar una fiesta de fin de año en la sala Olympic, en la calle Juan Antonio Cavestany, cerca de Santa Justa, podrán recuperar su dinero si prosperan las gestiones que está realizando la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía con el propietario del local. Consumo está mediando en el conflicto con el dueño de la sala, que no organizador del cotillón, para compensar a las personas que se quedaron sin fiesta de fin de año en el último momento y sin su dinero. Fuentes de la Junta de Andalucía explicaron que se ha mantenido una reunión con el propietario del Olympic para lograr que se devuelva a los damnificados el dinero de la entrada o en su defecto se busque otra solución que satisfaga a todos. De momento, Consumo ya ha destinado a un inspector para que se encargue de este asunto y de gestionar las reclamaciones que se han puesto por la anulación del cotillón sin previo aviso. Algunas de las personas que adquirieron la entrada y que fueron a consultar el caso ante la Unión de Consumidores de Sevilla admitieron que a ellos el mediador al que habían adquirido las entradas les avisó poco antes del inicio de la fiesta, prevista para la una de la madrugada, de que ésta se había suspendido. Sin embargo, otros afectados indicaron a este periódico que se enteraron de que la fiesta se había anulado al llegar a la sala y encontrarse al discjockey, que se había presentado a su puesto de trabajo sin saber que el corillón había sido suspendido. Al parecer, fue el Ayuntamiento el que impidió la celebración de la fiesta porque la sala no se ajustaba a las medidas de seguridad que establece la ley. Supuestamente, las salidas de seguridad no estaban bien señalizadas. Uno de los jóvenes que vendió entradas para esta fiesta, que se denominaba FDA Universitaria, declaró a este periódico que el organizador del cotillón y los dueños de la sala Olympic querían solucionar las molestias que habían ocasionado y aseguró que las deficiencias que había detectado el Ayuntamiento se habían solventado.

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