I. Morillo / C. Rengel
La oposición tiene muy claro cuál es su munición en plena crisis: paro e impuestos. La sesión de control ayer en el Parlamento se celebró un día después de que Zapatero desgranara algo más en el Congreso esa subida de impuestos que viene anunciando con tanta opacidad y casi a la vez de que diera nuevas pistas: habrá una subida de los tributos indirectos (alcohol, tabaco, carburante e IVA). Por eso, que el Gobierno andaluz ya haya dejado claro que ni va a subir ni va a bajar los impuestos bajo su tutela, no fue óbice para que el PP e IU utilizaran la presión fiscal como la gran diana.
"La subida de impuestos es un ataque brutal a los ciudadanos, a las clases medias y trabajadoras de esta tierra". Fue la afirmación de Javier Arenas, quien advirtió de que varios centenares de millones de los 15.000 que supondrá la subida de impuestos de Zapatero saldrán de Andalucía. Griñán, que dejó claro que se mueve como pez en el agua en este tema, iba preparado para rebatirlo. No entró en defender, ni siquiera valorar, la decisión concreta de Zapatero, después de que públicamente haya dicho en alguna ocasión que discrepa en muchos puntos de las decisiones económicas del presidente del Gobierno. Pero sí hizo una encendida defensa de la política fiscal de Suecia, Dinamarca, Finlandia o Alemania, que puso de ejemplo como los que mejor han resistido la embestida de la crisis y donde la presión es la mayor de toda Europa.
Lo mismo que el gasto público es muy superior. Casi sin respirar, Griñán repasó las 15 subidas de impuestos que acometió el PP en el Gobierno y las nuevas tasas creadas. Hasta se permitió un "querido" a Arenas mientras, entre aplausos del PSOE, daba su particular lección tributaria. El popular, sin réplica, subió a la tribuna por la tarde de forma imprevista durante una iniciativa contra la subida de los canones al agua. El PP, defendió, bajó los impuestos 15 veces y suprimió el IAE. Pero ya el asalto había terminado hacia horas.
