Si en 2010 la cosecha de cereales en la comunidad andaluza fue escasa, en un entorno de subida internacional de los precios que incluso apuntan a otra burbuja alimentaria, la que se recoja la próxima primavera también lo será. El motivo, las abundantes lluvias del otoño pasado y también de lo que llevamos de invierno, que han retrasado, y en algunos casos impedido, las siembras.
Así, los técnicos de la Consejería andaluza de Agricultura estiman que la superficie de cereal de invierno (trigo, cebada y centeno) se ha reducido una quinta parte en la provincia sevillana debido a la abundancia de agua. El porcentaje, agregan en el Boletín Semanal de Información Agraria, se eleva hasta un 40% en la vega de Carmona.
Son ya dos meses de demora, de ahí que sean muchos los agricultores que han optado por no acometer las labores de siembra, comentan los técnicos. Y las parcelas, agregan, se dedicarán en la primavera a otros cultivos, sobre todo el girasol, puesto que ha alcanzado una cotización "bastante interesante".
Cabe recordar que en 2010 la recolección de trigo se redujo en Andalucía un 42%, hasta quedar en 782.874 toneladas, y en el caso de la cebada el recorte fue de un 21%, con 189.602 toneladas. En la provincia de Sevilla, la bajada fue del 28% para el primero de estos cereales (434.922 toneladas) y del 21% para el segundo (unas 30.903 toneladas). El motivo fue idéntico al actual: la persistencia de las lluvias durante el invierno, que se cebaron con las explotaciones ya sembradas.
En cambio, hubo un fuerte repunte del girasol, cultivo refugio cuando las cosas van mal para el cereal, del 27% en Sevilla (se situó la cosecha en 201.518 toneladas) y del 29% en el conjunto de la comunidad andaluza (con 396.690 toneladas).
El descenso de la superficie de cereales en Sevilla aflora en unos momentos de fuertes subidas de los precios mundiales.
Según las cooperativas, no van a existir problemas de abastecimiento a pesar de la escasez de grano a nivel internacional. Aunque España tendrá que importar 11 millones de toneladas, frente a los 17,5 millones de cosecha esperada, afirman que están sacando al mercado los excedentes de pasadas campañas. Toda la demanda -sentencian- se está atendiendo.
Los que no tendrán problemas serán los regantes, puesto que hay agua de sobra en los pantanos de la regulación general de la cuenca del Guadalquivir -aquellos que tienen usos agrarios y conforman el tronco principal de la agricultura de riego-. En concreto, se situaban al 83,15% de su capacidad el viernes pasado (65,9% hace un año), según los datos de la Agencia Andaluza del Agua.
Ese elevado nivel es similar en otros sistemas de explotación de la cuenca -o embalses que se adscriben a comunidades de regantes concretas-, como es el caso del sevillano de El Pintado, que está al 85%, un porcentaje que tiene también el de Bembézar, ubicado en Córdoba. Existen, asimismo, embalses que están al 100% y con las compuertas abiertas.
