Los adolescentes sevillanos se inician en el sexo antes que la media, con una información deficiente y sin reparar en prácticas de riesgo. Un estudio constata que el mal está muy extendido, puesto que el 57% de los chavales de 12 a 15 años ha tenido relaciones con penetración. Un 17,5% más ha usado ya la píldora poscoital.
El completo estudio de la Escuela Universitaria de Trabajo Social de Jerez de la Frontera (Cádiz) pone cifra a lo que los educadores pulsan a diario en las aulas: los alumnos de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) se inician a una edad temprana en el sexo. El problema no tanto la edad -"Todos hemos sido chavales", puntualiza el director de la investigación, José Rodríguez Carrión- como que lo hacen sin red, con una ausencia casi total de información y con una visión del sexo en la que no entran ni la enfermedad ni el embarazo no deseado.
Según los datos recabados a través de 437 encuestas en institutos de la capital y la provincia, el 57,4% de los alumnos reconoce que ya ha tenido relaciones sexuales con penetración. Eso quiere decir que 50.742 de los 88.402 alumnos de este tramo educativo han practicado sexo. La edad media del primer coito son los 14,2 años; hay un 11% de chavales que se iniciaron en el sexo antes de los 13, otro 17% lo hizo antes de los 14 y un 35% más, a los 15 años. Casi el 72% de los estudiantes tiene actualmente una pareja y han pasado por dos, al menos, y un 1,4% se declara homosexual. Más del 40% de los entrevistados confiesa que no ha recibido ningún tipo de formación o información. Los que sí tienen algunas nociones reciben sus enseñanzas de tres fuentes: los padres, los amigos y los profesores.
La situación se complica teniendo en cuenta la forma "poco natural" en que los chavales llegan a esta "experiencia vital tan importante": uno de cada diez confiesa que acudió a ese primer coito tras haber consumido alcohol o drogas, otro 19% afirma que no usó preservativo (porque su pareja no quiso, porque no les gusta o porque fue con un desconocido) y casi un 4% más optó por el coitus interruptus. Ese riesgo está ahí y no es "contestable", pero también queda la lectura inversa: siete de cada diez chicos sí que usó algún tipo de precaución en esa ocasión. Justo en la semana en que el Gobierno anuncia la venta sin límite de edad y sin receta de la píldora poscoital, el estudio desvela que el 17,5% de los estudiantes de ESO han tenido que recurrir a este método para evitar un embarazo, tras una relación de riesgo.
Teniendo en cuenta que Sevilla es la provincia en la que más preocupantes son los datos sobre sexualidad -más de cuatro puntos por encima de Cádiz, más del doble que Almería-, los autores del estudio sostienen que hace falta "de forma urgente" un programa educativo y un compromiso familiar que derive en una vida sexual sana y concienciada entre los adolescentes. "Tienen un profundo desconocimiento de las enfermedades de transmisión sexual y entre ellos circulan muchos tópicos sobre los embarazos. Eso hay que superarlo", defiende Rodríguez Carrión. Su apuesta se basa en comenzar a dar nociones básicas "incluso en la Primaria" y en eliminar los tabúes, ya que no pocos padres se han quejado de su estudio por hablar de sexo.
