El largo conflicto laboral que enfrenta a la dirección de la empresa de autobuses Casal con la Agrupación Sindical de Conductores (ASC) abandona la vía de los incidentes después de tres meses de huelga intermitente que habían mantenido con el alma en vilo a los usuarios. La huelga sigue suspendida.
Los 13.500 viajeros habituales de las 14 líneas metropolitanas y las cuatro urbanas que explota Casal no tienen que temer por ahora que se reaviven los paros, que tuvieron un alto seguimiento -y poco respeto por los servicios mínimos- durante los meses de marzo, abril y mayo.
El jueves continuaron las conversaciones entre la empresa y el sindicato convocante de la huelga con la mediación del delegado provincial de Empleo, Antonio Rivas. Pero lasfricciones van relajándose.
Así, el propio Rivas habló ayer de "buen clima" y de intenciones por parte de los trabajadores de que las conversaciones culminen en "éxito", mientras que el director de Casal, Luis Martín, habló de "algunos avances" y del comienzo de negociaciones reales sobre condiciones laborales -y no ya sobre temas secundarios como el calendario de reuniones o el reconocimiento de los asesores-.
Martín insistió en que la base del acuerdo debe ser el convenio provincial del transporte, mientras que ASC mantiene posturas más ambiciosas, como subir el sueldo de algo más de 800 euros al mes a 1.200.
Pero donde Casal ve avances, el secretario general de ASC, Francisco Javier Márque, no lo tiene tan claro: explicó a la agencia Europa Press que en la reunión del jueves en Empleo fue "meramente formal, con el objetivo de elegir a los representantes que, por cada una de las partes, estarán presentes en la mesa de negociación".
En este sentido, indicó que la empresa "se ha comprometido a revisar punto por punto el convenio colectivo", por lo que los trabajadores "aprovecharán para abordar las partes que no se cumplen", y vaticinó que "lo más complicado será llegar a un acuerdo en lo relativo a los términos económicos".
Por ello, el representante de ASC anunció que, en el caso de que la mesa de negociación "se bloquee o encone", los trabajadores de Casal podrían retomar la huelga que se suspendió y que estuvo vigente desde el 15 de mayo, volviendo así a los paros técnicos que ya se establecieron.
Eso sí, pese a los avances aún no hay nada acordado ni firmado, pero la inercia de las negociaciones hace cada día más difícil volver a la crispación de los días de la huelga y las próximas conversaciones están previstas para el lunes, día 23, a las seis de la tarde, también con la mediación de Rivas.
La huelga, que comenzó como un paro de cinco días en marzo, fue endureciéndose debido a la falta de diálogo entre ASC y Casal. El incidente más grave llegó el 5 de marzo, cuando una fuerte pedrada rompió la luna trasera de un autobús escolar cargado de niños de Primaria.
A partir de ahí los incidentes violentos perdieron intensidad, pero no las consecuencias de la huelga, vuelta a convocar los días de la Feria de Abril y, nuevamente y con carácter indefinido, desde el 15 de mayo hasta el 27 de ese mes.
Los usuarios llegaron a estar hasta dos horas tirados en las paradas -aunque la media de espera fue de 45 minutos- y el desconcierto hizo mella en su estado de ánimo: se sucedieron dos manifestaciones por las consecuencias de la huelga, una en Alcalá de Guadaíra y otra en el Parque Alcosa de Sevilla.
Los autobuses de Casal dan servicio, además de a estos dos puntos, a Montequinto (Dos Hermanas), Valdezorras y Torreblanca (Sevilla), La Rinconada, Camas y otras localidades.
