Deus Ex: Human Revolution es la tercera entrega de una saga que se inició en el año 2000 con el lanzamiento de Deus Ex y que fue exclusivo para los peceros. Dos años más tarde, fue editado para PS2, y ya en el 2003, se lanzó la secuela Deus Ex: Invisible Wars con mucho menos éxito del que conquistó años atrás su predecesor. En esta precuela del videojuego original corre el año 2027, veintinco años antes de la historia original. Una época donde reina el caos y la irrupción de la tecnología en materia de implantes biomecánicos ha dividido a una sociedad que no acepta de buen grado la mejora de sus capacidades físicas y sensoriales a través de esta materia de innovación.
En el juego se toma la identidad de Adam Jensen, un ex policía y ex miembro de la división SWAT que trabaja como jefe de seguridad dentro de una de las mayores corporaciones biotecnológicas del mundo, la empresa Sarif Industries.Adam, tras resultar herido en un ataque terrorista a la empresa, recibe una serie de implantes biomecánicos sin su previa aprobación debido al estado de coma en el que se encuentra. Tras seis meses de letargo obligado, Adam, una vez despierto, tendrá que hacer frente a una conspiración global sin fronteras dentro de una aventura en la que nunca podrá saber en quién puede confiar.
El protagonista abre una cruzada para descubrir quién ha atacado las instalaciones y con qué objetivo final. Será a través de las decisiones que se tomen y las acciones que se lleven a cabo lo que marque el propio futuro de la humanidad, en una sociedad que cada vez se encuentra más castigada.
Una vez puestas las piezas, el título abarca diferentes modos de jugabilidad en el desarrollo que ha creado Eidos Montreal. Todas ellas, con un sentido lógico y con un orden dentro de la historia y en la que se luchará con todo tipo de enemigos ya sean humanos, rectificados biónicos o robots, antes de los enfrentamientos con los ya clásicos jefes finales.
A la linealidad lógica impuesta por el guion, se une la exploración. Una mezcla interesante de géneros que amplía las hormonas de jugabilidad hasta más de una veintena de horas. Sin llegar a ser un sandbox clásico, las misiones secundarias cobran una vital importancia dentro de la trama. A todo esto hay que añadirle las diferentes formas que se pueden emplear a la hora de ejecutar las acciones del juego. La acción directa, el sigilo, el hackeo o la conversación. Cada una tiene su sitio y su momento.
Cuatro opciones variables que obligan a pensar más de una vez en que es lo mejor para ir progresando en el juego sin caer en derrotistas efectos secundarios. En el apartado visual, Eidos Montreal ha querido recrear un ambiente renacentista cibernético. Otra mezcla que ha calzado con éxito en unos efectos visuales que conjugan la vanguardia más futurista con el renacimiento más clásico y de camino, ha servido para esconder el poco trato dado al modelaje de los personajes.
Con motivo de esta recreación renacentística, se han creado más de un centenar marcas diferentes de productos dentro del juego para mantener siempre una apariencia de corte artesanal. Coches, alcohol, bebidas gaseosas o joyas son claros ejemplos para ver dónde llega la personalización del atrezo del juego. Incluso en el apartado textil, las prendas utilizadas por Adam Jensen han dado el salto a la vida real con una línea de ropa licenciada y que está empezando a comercializar la firma Musterbrand.
Deus Ex: Human Revolution llega al mercado en una fecha redonda. Es una época donde mandan las ferias especializadas y el protagonismo sólo lo copan los grandes anuncios de títulos que están por llegar. Unos grandes estrenos que están reservándose para próximo trimestre y encauzados para el periplo navideño. El juego tendrá tres semanas por delante para demostrar que los cuatros años invertidos en el desarrollo han merecido la pena y de camino, desempolvar una saga que pincho en hueso con su secuela en el 2003.
