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La paciencia no es infinita

El presidente del tribunal llamó la atención varias veces a los letrados del díscolo empresario Liétor

el 18 oct 2010 / 19:56 h.

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El empresario Andrés Liétor, para quien se piden penas que suman los veinte años de prisión, ha sido uno de los más díscolos a lo largo de la instrucción del caso Malaya, pese a que el foco mediático prefiere a Roca, Julián Muñoz o Marisol Yagüe. Liétor organizó una reunión para tratar de paralizar y retrasar la celebración del plenario, en el que veía motivaciones políticas, y se considera a sí mismo víctima de una persecución mediática y de un juicio paralelo en toda regla.

La hiperactividad de Liétor y de sus letrados, Manuel Sanchís y Susana Pizarroso, contrasta con la tranquilidad del presidente del tribunal, José Godino, quien jamás pierde las formas, pese a que la paciencia, a veces, no es infinita.

Pizarroso intervino tras Sanchís, pero trató de hablar antes que éste pese a que no estaba previsto. Cuando concluyó, su compañera protestó por no haber podido iniciar su relato de cuestiones previas, que afectaba prácticamente a la totalidad de la instrucción y de cada una de las decisiones del juez Miguel Ángel Torres. Sólo faltó que pidiera la nulidad de las retransmisiones radiofónicas y televisivas, o de los artículos de prensa escrita.

Nada menos que cuatro veces tuvo que interrumpirla el magistrado, que llegó a impedirle el uso del micrófono en uno de esos rifirrafes. Pero el momento que quedará registrado en los anales de la historia judicial fue cuando Godino, a eso de las 13.00 horas, perdió la paciencia, tras indicarle, una vez más, que no repitiera lo dicho por su compañero. Pizarroso le espetó: "Pierdo el hilo si me corta", a lo que el magistrado respondió con sorna y contundencia: "Si le sobro yo, me levanto y me voy, porque parece ser que es usted la encargada de presidir el juicio".

Finalmente, las aguas volvieron a su cauce y la jurista incluso agradeció que la Sala le escuchase. No pudo dar su agradecimiento personal a todos los que siguieron su profusa y detalladísima intervención, que recorrió, uno tras otro, la mayor parte de los autos emitidos por el juez Miguel Ángel Torres. Es más, se refirió a decisiones tomadas por éste sobre el también empresario Carlos Sánchez, amigo y socio de Liétor.

La letrada afirma, entre otras cosas, que la representación procesal del empresario no ha tenido la posibilidad de examinar 400.000 folios del sumario, lo que supone, según sus cálculos, una quinta parte del proceso.

La abogada llegó a pedir al tribunal que dijera "basta" ante la presión mediática y la necesidad social de que "el juicio se celebre".

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