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La presidenta de Argentina reclama las Malvinas en su toma de posesión

Una "reclamación irrenunciable e indeclinable". Eso fue lo que hizo el lunes la flamante presidenta Cristina Fernández, que aprovechó el acto de su investidura para reclamar a Londres la soberanía de las islas Malvinas y para criticar a Uruguay por el conflicto de la papelera en la frontera.

el 14 sep 2009 / 21:21 h.

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Una "reclamación irrenunciable e indeclinable". Eso fue lo que hizo el lunes la flamante presidenta Cristina Fernández, que aprovechó el acto de su investidura para reclamar a Londres la soberanía de las islas Malvinas y para criticar a Uruguay por el conflicto de la papelera en la frontera.

"Hay una situación de enclave colonial aquí, denunciada ante las Naciones Unidas, y es hora de volver a cumplir el mandato de esas mismas Naciones Unidas, de la que todos formamos parte", señaló Fernández durante su primer discurso tras asumir la Presidencia en Buenos Aires.

Al hablar ante la Asamblea Legislativa en la sede del Parlamento, donde recibió la banda de presidenta y el bastón de mando de manos de su marido, el gobernante saliente, Néstor Kirchner, Fernández se refirió al Reino Unido como "país ocupante" de las Malvinas.

En cuanto a sus intenciones para el mandato, Fernández prometió "profundizar el cambio" iniciado por Néstor Kirchner. Consideró "imprescindible" recuperar la seguridad, sostuvo que impulsará una reforma del Poder Judicial y dijo que profundizará el papel del Congreso "para discutir sin agravios, con propuestas y memoria histórica".

"Quiero que Dios me ilumine para que me equivoque lo menos posible, para que me ayude a escuchar y a decidir", concluyó la presidenta, que se emocionó al recordar a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y a Evita.

Contra uruguay. Pero su discurso, de unos 45 minutos, tuvo su momento de mayor tensión cuando endosó a Uruguay el origen del conflicto por la instalación en ese país de una papelera en un río fronterizo. "Quiero decirle que no tendrá en mí ni un solo gesto que profundice nuestras diferencias", destacó.

Tras ser investida, Fernández se dirigió en automóvil desde el Parlamento hacia la sede del Gobierno junto a su esposo. Miles de argentinos se echaron a la calle para vitorear a su nueva presidenta, que logró una mayoría aplastante en las elecciones. Fernández, de 54 años, se convirtió así en la primera mujer en acceder a la jefatura del Gobierno en el país a través del voto.

La dirigente peronista juró ante la Asamblea Legislativa "por Dios, la Patria y los Santos Evangelios" el cargo. Durante el traspaso de mando, caían papeles desde los palcos del Parlamento, al tiempo que los asistentes aplaudían.

"Vengo a tomar posesión del cargo de presidenta de la República Argentina. Ser presidente es el honor más grande que puede tener un argentino o una argentina", dijo. La flamante jefa de Estado destacó la gestión de su marido y consideró que en las elecciones del pasado 28 de octubre, en las que logró una amplia mayoría, ganaron "los proyectos".

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