Cultura

La primera Feria de Abril bajo el paraguas del Ministerio de Cultura

La plaza de la Maestranza vuelve a abrir sus puertas mientras el planeta de los toros sigue inmerso en cambios determinantes.

el 23 abr 2011 / 20:21 h.

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El inmenso ruedo del Baratillo vuelve a estar preparado para la reedición de uno de los ritos de la primavera.

También será la primera Feria de Sevilla que convivirá con la reciente abolición de la Fiesta en tierras catalanas, una prohibición que levantó una ¿tardía? reacción coral de los estamentos de la profesión a la que no se pueden negar ciertos frutos, como ese cantado traspaso de competencias que debe rentabilizar su mero carácter simbólico.


Esos condicionantes adornarán el remoto telón de fondo de un abono retrasado hasta el límite por la imposición del calendario litúrgico y que vuelve a iniciarse esta tarde con el lujoso festejo del Domingo de Pascua. Tampoco se puede obviar que la fiesta vuelve a ponerse de largo en la plaza de la Maestranza lastrada por el reduccionismo de la crisis económica, una crisis que ha llegado a todas las esquinas de la sociedad pero que plantea una necesaria reconversión del sector taurino -particularmente enhebrado con el tío del puro y el ladrillo- que muchos de sus actores todavía no han afrontado con la necesaria decisión. Urge una llamada al ajuste en la cantidad y la apuesta por la calidad como arma más solvente para hacer frente a un chaparrón al que aún no se le adivina la bonanza. En esa línea, no se puede negar el sólido armazón prestado por la empresa Pagés a un abono en el que sólo se echan en falta los nombres de un corto puñado de jóvenes toreros sevillanos en el tramo de oportunidades.


Pero dejemos a un lado, aunque sólo sea hoy, toda la tramoya ajena a la verdadera esencia del espectáculo:Morante de la Puebla, Julián López El Juli y José María Manzanares representan a la yema de la torería y vertebran el armazón del ciclo. Juntos forman el cuadro de honor de la feria de 2010 y juntos dibujaron el mapa de excelencia de toda la temporada en las plazas españolas y francesas.
Hablamos de tiempo de cambios que también afectan al escalafón de matadores de toros. Numerosos diestros del segundo y tercer circuitos han visto desaparecer bruscamente su mercado natural como consecuencia de ese panorama reduccionista que retratábamos anteriormente. En esa tesitura, los principales abonos y escenarios del mapa del toreo se refuerzan con los nombres más rutilantes para mantener el nivel de ingresos y actuaciones de los años de vino y rosas. La consecuencia:los modestos siguen quedando fuera del parchís aunque, ésa es la verdad, se refuerza el interés del espectáculo que, sin quererlo, está recuperando sus moldes más naturales.


Son los mismos moldes a los que está obligado a retornar el campo bravo, que tiene que afrontar un brutal excedente de reses y una normativa sanitaria pensada para explotaciones estabuladas. La Feria de Abril de 2011 será un muestrario de los hierros en mejor momento. Si acaso, se echa de menos la vacada de Victoriano del Río, que declinó estar en Sevilla. También hay un retorno llamativo:los cuvillos vuelve a la Maestranza obligada a mantener su alta cotización superadas sus diferencias con la empresa Pagés.


Tampoco podemos olvidar que la Feria de Abril de 2011 también será la última que se celebre bajo la fecunda tenencia de Alfonso Guajardo-Fajardo, caballero maestrante con decidida vocación reformista que ha llevado a cabo, entre otros logros, la ambiciosa remodelación de las gradas de la plaza; la reapertura de la Puerta del Despejo y el cambio de ubicación de la enfermería -que este año comandará Octavio Mulet-; la adecuación de los corrales o el apoyo periódico del Rey. En el tintero queda, quizá, la ansiada reducción del ruedo y la ampliación de las filas de barrera. ¿Andará ya en los planes de la corporación? Las elecciones están a la vuelta de la esquina.

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