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La sede olímpica que soñó con parecerse a París

La transformación olímpica de Pekín, la más grande de la historia, estaba encaminada a convertir a la capital china en el París asiático, con un potente centro de negocios, hasta que llegaron las restricciones energéticas.

el 15 sep 2009 / 09:24 h.

La transformación olímpica de Pekín, la más grande de la historia, estaba encaminada a convertir a la capital china en el París asiático, con un potente centro de negocios, hasta que llegaron las restricciones energéticas.

Así lo explicaron dos de los principales ingenieros de la metamorfosis, Rory McGowan y Goman Ho, de la firma de ingeniería y diseño Arup China, en parte responsables del "lifting" de la capital china y de iconos deportivos como el Nido o el Cubo.

"En lo que se refiere a la zona del CBD (Chaoyang Business District), las autoridades tenían un plan maestro para desarrollar el área para corporaciones internacionales de primera fila, con lo que Pekín se parecería a París", señaló Ho, director de Arup China, en un encuentro con periodistas.

Según este plan, que se ha llevado a cabo, una serie de infraestructuras vinculan la zona con el aeropuerto y con las principales vías para facilitar el acceso a la zona. "Pero ahora están muy centrados en la sostenibilidad", añadió. Las autoridades "son más conscientes del problema del desarrollo sostenible y quieren una 'eco-ciudad".

Esta planificación urbana ha recibido las críticas de expertos y de parte de los pequineses que consideran un derroche la proliferación de rascacielos futuristas en un país con cien millones de pobres, además de la ausencia de criterio en cuanto a funcionalidad, estética y respeto por la tradición china.

Arup, una corporación global con presencia en 160 países dirigida por los empleados, está influyendo con su obra en un modelo de eficiencia energética y de recursos del que carecía Pekín, pero también con una ética resistente a la corrupción del sector inmobiliario chino.

"Nos han intentado comprar varias veces, pero les hemos dicho que tenemos normas muy estrictas en la empresa y eso nos ha hecho ganar prestigio", declaró Ho a Efe.

China supone un 30% de los ingresos de Arup después de que se involucrara con su equipo de ingenieros en proyectos bandera como la Torre del Poder de la Televisión Central China, la Terminal 3 del aeropuerto de Pekín, el Centro de Convenciones y en rascacielos estelares como el Jing Ao, diseñados por arquitectos de prestigio internacional.

En el lado negativo, las obras olímpicas han costado el desalojo y reubicación de 1,5 millones de pequineses, muchos de ellos descontentos con la compensación, y la destrucción de la mayor parte de la ciudad imperial, conformada por las callejas llamadas "hutong" dentro del Segundo Anillo de circunvalación.

"Los Juegos han sido un catalizador para solventar el increíble déficit de infraestructuras y transporte que todavía padece Pekín y que no se solucionará en 30 años. Pero la demolición de las comunidades dentro del Segundo Anillo ha sido un deterioro cancerígeno de la ciudad antigua", opinó McGowan.

En este sentido, el ingeniero señaló que "Pekín necesita encontrar un equilibrio entre dónde y cómo quieren vivir estas comunidades y el desarrollo de una ciudad moderna".

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