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La Torre Pelli y la Sibilia

Cuando Aníbal entró en Italia con sus elefantes fue a visitar a la sibila de Cumas y le pidió que adivinase cómo iban a irle las cosas con los romanos; la respuesta que recibió fue: dico te romanos vincere posse...

el 15 sep 2009 / 16:16 h.

Cuando Aníbal entró en Italia con sus elefantes fue a visitar a la sibila de Cumas y le pidió que adivinase cómo iban a irle las cosas con los romanos; la respuesta que recibió fue: dico te romanos vincere posse, que lo mismo puede traducirse por digo a ti que puedes vencer a los romanos que digo que a ti pueden vencerte los romanos. No conocemos los pensamientos del líder cartaginés entonces y después de ser vencido pero la fama de aquella mujer la siguen pregonando los versos del Dies irae y su bello rostro pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.

El Colegio de Arquitectos se ha reunido -con pompa y circunstancia aunque un poco tarde- para dar un dictamen sobre la Torre Pelli, cuyas obras preliminares soportamos cuantos trabajamos en el sur de la Cartuja, y tras un prolongado debate ha concluido que el edificio es contundente, adjetivo cuyo uso ha derivado en una ambivalencia del mismo peso específico que las palabras de la pitonisa napolitana. Contundente puede ser un argumento con tantas razones que hace imposible su destrucción y también puede tomarse para calificar una goleada de escándalo que destroza al equipo contrario, una tunda (que de ahí viene), una paliza.

Después de esa demostración de funambulismo verbal, profesional y político no sabemos si el Colegio de Arquitectos de Sevilla pasará a la historia por su sagacidad. Tal vez algún muralista escoja esa reunión para simbolizar un hito civilizatorio como el Juicio de Paris, o un poeta como Homero la cante en una epopeya. Pero también puede pasar que un poema sobre el hecho concluya de otra forma; ante otra aseveración contundente de un valentón -? quien dijere lo contrario miente!- Cervantes escribió: / Y luego encontinente/ caló el chapeo, requirió la espada,/ miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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