El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, es feliz como una perdiz. Así lo reconoce su esposa, Ana Botella, quien afirma que su marido no tiene nostalgia del poder, "ya que él siempre ha querido llevar la vida de un intelectual: leer, escribir y pronunciar conferencias". Y eso, apostilla, es precisamente lo que hace ahora.
Botella ha hecho estas manifestaciones al diario italiano La Stampa, de Turín, que ayer publicó un reportaje sobre las elecciones en España titulado Zapatero, fuera la máscara.
A la pregunta de si Aznar echa en falta el poder, Ana Botella dice: "No, también porque él siempre ha querido llevar la vida de intelectual: leer, estudiar, escribir, pronunciar conferencias. Mire, nada más abandonar el palacio presidencial se puso a aprender inglés con un interés increíble". Botella agrega que "aunque con cierto pesar", admite que su marido habla mejor que ella el inglés.
En el reportaje, Botella dice que el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, "ha dividido al país y ha mentido". Ante la pregunta de "¿No podrá negar los éxitos [del Gobierno socialista] en economía?, responde: "Zapatero no ha hecho ninguna reforma económica y estamos en la peor crisis del Ibex35. Quien no reconoce la gravedad no puede ser el médico para curarla".
También dice que el actual Gobierno "ha sido el peor que habido tras la muerte de Franco, ya que ha dividido a la sociedad española, ha roto el sistema de descentralización del estado y sobre el terrorismo ha mentido a los ciudadanos, ya que negó una negociación con ETA y después se vio obligado a reconocerlo".
En la entrevista, el matrimonio Aznar-Botella es presentado por el periodista como "la pareja que sigue con el mando efectivo de los liberales y conservadores españoles" y, específicamente, Ana Botella es calificada como "la copia madrileña de Hillary Clinton".
¿Presidente europeo? La conexión italiana de Aznar no quedó en esta entrevista, ya que también ayer el ex ministro italiano de Exteriores y líder de la derechista Alianza Nacional, Gianfranco Fini, sugirió su nombre como eventual candidato a la futura presidencia estable de la Unión Europea.
