La alarma saltó cuando el nuevo vestidor se dispuso a cambiar de atuendo a la imagen. La Virgen del Mayor Dolor de las Aguas se encontraba en "un estado precario", con dos articulaciones rotas (se habían fracturado las espigas de un hombro y un codo) que dejaban sus brazos sueltos, sin movilidad, según relata el imaginero Luis Álvarez Duarte. "Era de pena como estaba. En un estado muy descuidado que no era de recibo... como de no estar cuidada o ni siquiera mirarla. Ni para vestirla se le podían poner bien los brazos", explica.
Ante esta situación, el hermano mayor de la corporación del Arenal, Antonio Arrondo, señala que, como primera intervención de urgencia, Luis Álvarez Duarte ha procedido a dotar a la imagen de dos brazos nuevos, ya que además los anteriores estaban "desproporcionados, pues los antebrazos eran más largos que los brazos".No obstante, tras esta primera intervención, la junta de gobierno propondrá a los hermanos durante el cabildo general de salida del próximo día 21 una segunda restauración de la imagen, una vez que transcurra la Semana Santa, ante las "preocupantes" manchas que han aparecido en el rostro de esta dolorosa. "La policromía de la Virgen está cogiendo un color muy verdoso debido a las pinturas acrílicas muy vastas que se emplearon en las últimas restauraciones de Peláez y de Bonilla", comenta Álvarez Duarte.
El hermano mayor detalla que hay fotografías a disposición de los hermanos que muestran esos parches o "churretones en la frente y en la mejilla", muy apreciables debido al tono pálido de la policromía de esta imagen. A ello hay que añadir numerosos "alfilerazos" en el pecherín y la espalda.
