La factoría francesa de pop rock independiente no para de dar alegrías a los incondicionales del género. En concreto, la última sensación que viene del país galo se llama Laetitia Velma, viene apadrinada nada menos que por Dominique A, y actuará esta noche (21.00 horas) en la sala Joaquín Turina del Centro Cultural Cajasol, donde presentará su brillante álbum de debut, titulado Les eaux profondes.
Si en el disco de Dominique A L'Horizon había dos temas originales de Velma, ahora el artista de Provins, Île-de-France, devuelve el favor y ejerce como arreglista de Les eaux profondes, un trabajo que ha visto la luz bajo el sello Les Disques d'Avril y de Green Ufos en España.
Dicho álbum está producido por Dominique Brusson (conocido por su labor con Yann Tiersen, Miossec o el propio Dominique A), y cuenta con la colaboración de algunos de los primeros espadas de la escena indie belga, como Pierre Jacquim (exVenus), Denis Wielemans (Girls in Hawaii) o Julien Paschal (Sharko), entre otros ilustres invitados.
Canciones como Les cheveux et les larmes, Avant que tout s'effondre, Au-delà, Le pays etranger, Mens-moi encore, Le chemin, Le temps et les coeurs o la que da título al disco conforman un repertorio al mismo tiempo delicado y muy sólido, bien defendido por una más que solvente banda e interpretados con una madurez muy poco corriente en una debutante.
En un momento en que la mayoría de artistas franceses jóvenes optan por el inglés y tienden a aspirar a ser cronistas de lo cotidiano, las canciones de Laetitia Velma se antojan una alternativa refrescante que está siendo objeto de una extraordinaria bienvenida por parte del público.
Con una visión más poética, tan impresionista como simbolista de las cosas, Velma parece estar más en la línea de sugerir o de prestar un enfoque de ensoñación, a la vez que hace gala de una tensión musical omnipresente, fruto de los gustos opuestos que se encuentran en la mayoría de sus influencias: de Bat for Lashes a El Perro del, pasando por Arcade Fire, Electrelane o P. J. Harvey, por citar sólo algunos de las más evidentes y confortadoras.
"Las canciones de Laetitia Velma vienen desde lejos", aseguran los responsables de Green Ufos. "No son de ese tipo que surge una mañana de la nada. Ha tenido que transcurrir un largo periodo de madurez creativa para llegar hasta aquí, para que existan. Un viaje que comenzó con la adolescencia de Laetitia, que durante cinco años aprendió a tocar un piano familiar que acabaría abandonando por una guitarra y la escritura de sus primeras canciones en inglés".
"Por un tiempo el teatro la mantuvo lejos de sus inclinaciones musicales", prosiguen los descubridores españoles de Laetitia Velma. "Esto le hace enamorarse de las tablas y adquirir una presencia en el escenario. Vuelve después al piano, a componer canciones, esta vez en francés: un lenguaje que le resulta mucho más natural para expresar sus emociones".
Así es como se ha desarrollado la génesis de esta incipiente estrella, cuyo debut discográfico coincide con el de otra gran revelación del pop galo, ésta nacida en Buenos Aires y residente en París, como es Mercedes Audras: su disco lleva por título 10.000 Km., y será sin duda uno de los platos más atractivos en el menú del próximo South Pop Festival, cuyo cartel definitivo se presenta hoy.
