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Las bondades del tranvía

Una media de 14.300 personas han utilizado a diario el tranvía del centro desde que se oficializó su puesta en marcha el pasado 28 de octubre. La primera y más evidente conclusión, a tenor de las cifras, es que las descarnadas críticas vertidas desde algunos sectores contra este transporte -al que el PP llegó a calificar como "tranvía de juguete" por su corto recorrido-, no se corresponden en...

el 14 sep 2009 / 20:41 h.

Una media de 14.300 personas han utilizado a diario el tranvía del centro desde que se oficializó su puesta en marcha el pasado 28 de octubre. La primera y más evidente conclusión, a tenor de las cifras, es que las descarnadas críticas vertidas desde algunos sectores contra este transporte -al que el PP llegó a calificar como "tranvía de juguete" por su corto recorrido-, no se corresponden en absoluto con el respaldo otorgado por los ciudadanos en su primer mes de funcionamiento. Sevilla, por tanto, ha avalado la idoneidad del Metrocentro, cuyo principal valor -nunca lo olvidemos- ha sido eliminar un infierno de coches que vomitaban diariamente 20 toneladas de CO2 junto a la Catedral. Los 300.000 viajeros registrados en sólo tres semanas en esta primera fase del Metrocentro no son comparables a los 50.000 que usaban a diario las líneas con parada en la Plaza Nueva. El tranvía Prado-Plaza Nueva cumple actualmente una función de lanzadera para trabajadores y clientes del centro, complementada con otra turística que mantiene el nivel de viajeros los fines de semana. Pero este sistema de transporte sólo alcanzará su sentido, dimensión y rentabilidad cuando se complete su ampliación con las estaciones de San Bernardo y Santa Justa, para llegar posteriormente a Puerta Osario, La Encarnación, Campana y La Alameda. También cuando se ponga en carga la primera línea del Metro, cuya parada de Puerta Jerez conectará con el tranvía. Es obligación del ayuntamiento cumplir su compromiso de completar la red tranviaria aportando a los sevillanos la máxima transparencia en la gestión de las obras y el nuevo trazado. También deberá corregir los fallos que se han producido desde la puesta en marcha del tranvía, así como eliminar las catenarias en cuanto sea técnicamente posible para hacer compatible la ética peatonal con la estética del patrimonio recuperado.

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