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Las sentencias pendientes de cumplir vuelven a dispararse tras bajar en 2011

De las 97.000 sentencias sin ejecutar que acumulaban los juzgados sevillanos a finales de marzo, 13.500 son de los Penales.

el 05 ago 2012 / 19:25 h.

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Una funcionaria ordena varios expedientes en uno de los juzgados de la capital hispalense.

Parecía que los jueces estaban logrando atajar uno de los graves problemas que arrastran los juzgados de lo Penal. En 2011, las cifras de sentencias pendientes de ser cumplidas se habían logrado rebajar tras tres años de subida desorbitada. Sin embargo, en el primer trimestre de este año las ejecutorias se han disparado hasta alcanzar por primera vez las casi 13.500 sentencias pendientes de cumplimiento. En total, los juzgados sevillanos acumulan ya algo más de 97.000 ejecutorias, según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Hasta que no ocurrió el caso Mari Luz nadie había puesto el foco en el lastre que suponía para los juzgados de lo Penal de Sevilla hacer cumplir las sentencias que previamente habían dictado. Santiago del Valle, el asesino de la pequeña onubense, había sido condenado a más de dos años y nueve meses de prisión por haber abusado de su propia hija en una sentencia que, al estar varios años en la Audiencia pendiente de que resolviera un recurso sobre la misma, no fue ejecutada por el juez Rafael Tirado, que fue sancionado por ello. Hasta entonces, el común de los mortales desconocía que era una ejecutoria, pero lo cierto es que en los Penales se amontonaban miles pendientes de resolución.Esto no quiere decir que tras cada una de ellas hubiera un caso Mari Luz, pero sí evidenció que los jueces están desbordados y que no pueden asumir la carga de trabajo que establecen los módulos del CGPJ más la ejecución de sentencias, aspecto que no se recoge a la hora de computar su trabajo. Como ejemplo, las cifras. El año pasado consiguieron rebajar la tendencia a la subida, incluso lograron que se volvieran a cifras de 2009, pero a cambio de que la agenda de señalamientos de juicio se viera desbordada. Es decir, si los Penales estaban fijando los juicios que le llegaban a seis meses como máximo, en 2011 se demoraron a un año e incluso año y medio. “La manta es la que hay, si te cubres por arriba te dejas los pies fuera y si te cubres los pies…”,  resume un magistrado cuyo anonimato prefiere mantener.

De esta forma, los juzgados comenzaron el año 2011 consiguiendo rebajar el número de fallos sin cumplir. Así, de las 12.399 con las que finalizaron el año anterior, a mitad de 2011 la habían rebajado a las 12.244. A partir de ahí, se volvió a producir una remontada, ya que terminaron el año con 12.601. Pero el dato más preocupante es que en un año han vuelto a acumular 1.155 sentencias más que no se han ejecutado, alcanzándose las 13.399.Este dato implica que las ejecutorias pendientes casi duplican ya a las registradas en 2007, cuando al finalizar el año los jueces de lo Penal tenían sobre sus mesas 6.945 sentencias que no se habían hecho efectivas. Y es que el crecimiento ha sido paulatino desde entonces, siendo el incremento más importante entre los años 2008 y 2009, después del escándalo de Mari Luz, cuando se llegó a las 10.003 y las 12.261 respectivamente.

En ese momento se planteó la necesidad de que Sevilla contara con juzgados especializados en ejecutorias o de un servicio común que se hiciera cargo de ellas. Así se planteó y con la mudanza de los juzgados de lo Penal al edificio Noga, en la Buhaira, se diseñó una nueva organización de estos juzgados, adaptada a la creación de este servicio. Sin embargo, a día de hoy sigue sin crearse, lo que supone que funcionarios, jueces y secretarios estén desperdigados por diferentes plantas. Esto provoca que los funcionarios para poder tramitar los expedientes tengan que recorrer gran parte del edificio para contar la firma del juez o cualquier otro requisito.

También en lo civil Pero los juzgados de lo Penal no son los únicos que acumulan miles de sentencias sin cumplir. También en los juzgados de lo civiles, los de Primera Instancia están desbordados, incluso más que los anteriores. Al final del primer trimestre acumulaban 38.677 ejecutorias. Estos juzgados están desbordados por los efectos de la crisis, ya que son los que tramitan deudas, embargos o desahucios. A esto se une la dificultad de ejecutar estas sentencias por la dificultad de cobrar las deudas. En total, los juzgados acumulan 97.041 ejecutorias.

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