El Consorcio aeronáutico europeo EADS ha anunciado un nuevo retraso en la entrega del avión militar A400M, que se ensambla en la planta de Sevilla. El programa presenta problemas serios en la configuración de los motores del aparato, demasiado pesados para afrontar un vuelo con garantías. Se procederá a un "nuevo enfoque" de la cadena de desarrollo por lo que se prevé un retraso de tres años más a partir de la fecha de vuelo del primer aparato, que aún no ha sido fijada. Tras un arranque meteórico, en el que se confirmaron casi 200 pedidos del nuevo avión, su montaje ha caído en una espiral de incidencias que han ralentizado el programa hasta reventar todos los plazos, con el consiguiente perjuicio que puede suponer para los contratos. Buena parte de la culpa se halla en la falta de coordinación de un programa desarrollado por siete países distintos: Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, España, Turquía y el Reino Unido. Las piezas fabricadas en dichos países convergen en Sevilla donde son ensambladas y se prueba el nuevo avión, pero muchas han llegado defectuosas, lo que hasta la fecha ha supuesto un sobrecoste de 1.400 millones de euros. El montante del nuevo retraso está aún por determinar, pero será una cantidad mucho mayor, que pone en serio riesgo la viabilidad de un proyecto estratégico para la ciudad de Sevilla. EADS debe aclarar cómo afectará ese "nuevo enfoque" a los puestos de trabajo en Andalucía, donde se ralentizará la producción. Las administraciones españolas también deben hacer un especial seguimiento de la situación, puesto que han otorgado extraordinarias ayudas económicas públicas a Airbus para propiciar en Sevilla una carga de trabajo de muchos años, convirtiendo a Andalucía en polo aeronáutico de referencia en el sur de Europa. EADS debe aclarar cuanto antes el nuevo calendario del A400M, para que todos sepan a qué atenerse tras las nuevas 'turbulencias' aparecidas en su montaje.
