Así, 19 varones argelinos tuvieron que ser rescatados en la tarde del domingo, navegando a duras penas en aguas de Níjar (Almería). Los tripulantes, todos mayores de edad, fueron auxiliados por la Guardia Civil a 14 millas de Punta de la Polacra, en una embarcación hacinada. Ya de noche, fueron llevados al puerto de Garrucha, donde los sanitarios constaron su buen estado de salud. Hoy está previsto que sean repatriados.
Un caso similar se vivió entre Cádiz y Ceuta, cuando la Guardia Civil auxilió ayer, a las 7.30 horas, a una embarcación que estaba a la deriva con 15 subsaharianos a bordo. La lancha había perdido uno de sus motores pero la rápida intervención de los agentes evitó males mayores. Todos los ocupantes de la nave, varones y mayores de edad, fueron llevados al puerto ceutí sin problemas médicos.
Según informó Europa Press, el número de inmigrantes llegados a las costas andaluzas desde el pasado 1 de enero hasta ayer ha descendido un 75,26% respecto al mismo periodo del año anterior. En lo que va de 2010, las provincias de Granada y Almería y la ciudad autónoma de Ceuta han recibido un total de 122 inmigrantes sin documentación, frente a los 493 que en el primer trimestre de 2009 recalaron en las ciudades costeras de Andalucía. Almería es la provincia con más llegadas, 64 exactamente. Las dos pateras rescatadas ayer son las primeras localizadas por los Cuerpos de Seguridad del Estado desde el pasado 22 de enero, cuando se encontró una barcaza en Cabo de Gata con ocho marroquíes; esto quiere decir que durante 52 días no ha llegado a la costa andaluza ni una sola embarcación, cuando durante ese periodo llegaron 305 personas el pasado año, según los datos recopilados por la agencia.
El co-coordinador del Área de Inmigración de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía , Carlos Arce, constata que este "parón" de casi dos meses se debe, entre otros factores, a las duras condiciones climatológicas de este invierno que acaba, así como a la percepción de la crisis económica en los países de origen de los inmigrantes, lo que provoca "una gran reducción del efecto llamada, pero también un endurecimiento de los controles".
