Cada trimestre, cada semestre y cada año los bancos y las cajas de ahorros hacen públicas sus cuentas, a cuánto se elevaron sus beneficios, qué volumen de provisiones se reservaron para imprevistos y deterioro del valor de sus activos y cómo marchó el negocio tradicional de prestar y captar dinero, pero es más difícil conocer cuántas de esas ganancias aportaron los bolsillos de los andaluces.
En el Informe Económico de Andalucía 2009, de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, se realiza esa aproximación, de manera que en 2008 -último año del que se conocen datos- los bancos, cajas y cooperativas de crédito se embolsaron 2.443,28 millones de euros procedentes de la actividad generada por los andaluces, un 16,5% menos que la cantidad recabada un año antes.
Esa cuantía se reparte entre los 1.324,36 millones que ganaron las entidades bancarias, los 988,12 millones que recaudaron las cajas de ahorros y los 130,80 de las cooperativas.
Y ello a pesar de la mayor implantación de las cajas en territorio andaluz y su mayor cuota de negocio en detrimento de la banca que, no obstante, da una lección a las primeras en criterios de eficiencia.
¿Cómo se constata esa realidad? Sólo echando un vistazo a los números. Así, el margen de intereses -aquél que arroja el negocio procedente de la actividad típica bancaria, esto es, el resultado de prestar y captar dinero- se elevó a 1.464,78 millones en los bancos, mientras que en el caso de las cajas se colocó en los 2.139,07 millones, 674,3 millones por encima.
Por tanto, más de la mitad de ese margen (51,6%) correspondió a estas últimas, en consonancia con su presencia en el sistema bancario andaluz, en número de oficinas y cuota de mercado, así como en concesión de créditos y captación de depósitos (ahorro). La banca tuvo que conformarse con el 35,3%.
En cuanto al margen bruto -al de intereses se suman las comisiones y los resultados de operaciones financieras-, éste se elevó a 7.531,41 millones de euros (3.378,62 para bancos y 3.490,36 para las cajas de ahorros), con lo que una vez descontados los gastos de personal, las provisiones y las pérdidas por deterioro de activos, se obtiene el margen de explotación, en el que la banca se desmarcó con 1.349,8 millones frente a los 799,51 millones de las cajas, con lo que se pone de relieve que en este capítulo es en el que deben mejorar éstas, esto es, en eficiencia.
Si la banca destinó 60 de cada 100 euros a gastos de explotación, las cajas emplearon 77.
