En un comunicado, los controladores recuerdan que el aeropuerto de Sevilla tiene un horario operativo comprendido entre las 6.00 de la mañana y la 1.30 de la madrugada, por lo que no hay servicio para despegues y aterrizajes durante la noche del 19 al 20 de mayo, cuando se prevé puedan empezar a llegar los desplazados a Barcelona.
Un portavoz de Aena, por su parte, ha subrayado a Efe que todos los trabajadores del aeropuerto están dispuestos a hacer horas extras ese día ante una "circunstancia especial", algo que es "absolutamente legal", y ha apuntado que sólo han mostrado reticencias los controlares, que tienen la opción de hacer 80 horas extras a lo largo del año.
La misma fuente ha reconocido que si no hay suficientes controladores voluntarios, esos vuelos tendrían que desviarse a otros aeropuertos cercanos a Sevilla.
Los controladores "declinan cualquier responsabilidad en todo este asunto, ya que son meros instrumentos en manos de una empresa improvisadora y mal gestionada", en referencia a Aena, que es la responsable del horario del aeródromo.
Aena ha criticado a los controladores aéreos por haber realizado horas extras, según la USCA, organización que recuerda la petición del director regional de Navegación Aérea de la región Sur para solicitar voluntarios "fuera del horario de funcionamiento estipulado del aeropuerto, a la vez que asegura que las horas se pagarán como extras en un servicio de noche de diez horas".
La USCA "insiste en la problemática para cubrir horas extras durante la noche aun cuando la voluntad de los controladores es siempre la de colaboración tanto con la empresa como con el bienestar de los pasajeros".
Los controladores atribuyen este problema a "la escasez de controladores, los horarios tan exigentes y estrictos a los que está sometido el personal y la reducción drástica de los tiempos de descanso entre turnos".
Además, los controladores indican que están en "plena negociación" de un nuevo convenio colectivo, uno de cuyos aspectos es que los horarios "son innegociables" para Aena, según la USCA, que considera "contradictorio que se quieran cambiar los horarios cuando únicamente le conviene a la empresa".
