"Quedarnos en Sevilla sería estupendo", fantaseaba anoche desde Zaragoza el presidente de Facops, cargo que así dicho suena a señor con corbata y canapé pero que en realidad identifica a un explorador paleontólogo que ha sacado de sus poros arena de todos los desiertos; un Indi español, Francisco Javier Val, entre cuyos méritos destaca el poseer una de las colecciones más fabulosas jamás reunidas de restos del pasado remoto.
"En la exposición sólo se muestra una pequeña parte por razones de espacio, claro, pero hay cajones y cajones. Podríamos hablar de más de 50.000 piezas", entre huesos de dinosaurios, fósiles y otras reliquias de un tiempo increíble. "Sólo en trilobites ya es la colección más importante del mundo." La porción más impresionante, la que reúne las piezas más grandes, raras, singulares y hasta terribles, es la que da cuerpo literalmente a esta Dinopétrea cuya inauguración está anunciada en el Casino de la Exposición para el 26 de este mes y que permanecerá hasta San José, el 19 de marzo.
Val está terminando de arreglar el cráneo de un tiranosaurio rex. Es una de las tres únicas réplicas científicas del mismo existentes en el mundo y quiere que venga a Sevilla. "Sí. Los niños quieren ver al Rex. Y eso que entre lo que llevamos está el giganotosaurio, que es el carnívoro más grande que ha existido sobre la faz de la Tierra." Menuda cabeza, la del animal en cuestión: sólo ella ya son 2,2 metros, para un bicharraco que medía 14 y pesaba entre 6 y 8 toneladas. Es una de las piezas estelares de esta Dinopétrea donde hay originales y réplicas de esqueletos imponentes que recorren la era de los grandes saurios del cielo, la tierra y las aguas, además de algunos mamíferos prehistóricos como el (pongan aquí un adjetivo que dé mucho miedo) oso de las cavernas, una mole de tres metros de altura que habría sido capaz de comerse a un oso de los de ahora con su madroño y todo.
Pensando en las joyas principales de la exposición, a Francisco Javier Val se le pone temblorosa la voz al pronunciar la palabra mamenchisaurio, que, aunque su nombre tenga un algo como de novia de mozo llamado a filas, era el dinosaurio con el cuello más largo del mundo. Un pisotón de este amasijo de carne de 27 metros habría hecho escupir el madroño al oso de las cavernas, de haber coincidido en vida. Otra curiosidad es la mandíbula de un carcharodón megalodón; en otras palabras, un tiburón que llegó a medir más de 30 metros y que fue el terror del mar. Pero tal vez el que más lo emociona es "un reptil que es una maravilla. Tiene 240 millones de años, mide sólo 40 centímetros y es el más antiguo. Está en una placa, y de ahí evolucionaron los grandes saurios."La mayor parte de estas piezas han sido encontradas fuera.
"En España es complicado excavar", decía Val, "está todo prohibido". Con ellas vienen otras que aun sin ser huesos van a constituir la otra gran atracción de esta muestra: los meteoritos. Todo ello envuelto en una atmósfera sugerente y penumbrosa, donde los niños encontrarán grandes cajones de arena donde excavar con sus manos en busca de los fósiles que allí los esperan y donde los mayores podrán ejercer el hábito de comprar en la tiendecita de recuerdos. No sólo habrá peluches y ceniceros en ella, que también. "Se pondrán a la venta meteoritos. Los más baratos salen por 25 euros, pero los habrá hasta de medio kilo. Y fósiles originales. Y relojes hechos con meteoritos..." Más de uno querrá hacerse con un recuerdo de esta exposición para la que están convocados los cinco sentidos del visitante y que ya está en puertas.
DE UTILIDAD
Qué: Dinopétrea, un viaje en el tiempo. La exposición de la Fundación Facops resultado de más de 25 años de excavaciones y trabajos.
Dónde: En el Casino de la Exposición.
Cuándo: Del 26 de enero al 19 de marzo, en horario de 10 a 14 y de 17 a 21 horas, de lunes a viernes; y de 11 a 21 horas ininterrumpidamente los sábados, domingos y festivos.
Cuánto: Entrada general a 6 euros. 4 euros y visitas guiadas para grupos de más de 20 personas y colegios, reservando en el 629 293599.
