Los líderes árabes reuni- dos ayer en Doha (Qatar) apostaron por solucionar las profundas diferencias que los separan y cerraron filas en torno al presidente sudanés, Omar al Bachir, sobre quien pende una orden de detención de la Corte Penal Internacional (CPI). En la inauguración de la XXI cumbre de la Liga Árabe, en la que se destacó las ausencias de los líderes de Egipto, Argelia, Marruecos y Omán, el presidente sirio, Bachar al Asad, recomendó olvidar las discrepancias y solucionarlas mediante el diálogo.
Egipto, que no ofreció ninguna versión oficial sobre su decisión de no viajar, acusó en varias ocasiones a Qatar por sus críticas vertidas contra El Cairo por su manera de afrontar la crisis palestina. Sin embargo, la medida de Egipto no fue secundada por sus principales aliados, los reyes de Jordania y Arabia Saudí, que sí viajaron a Doha.
En medio de los discursos de los líderes árabes en favor de profundizar en la reconciliación, el líder libio, Muamar al Gadafi, protagonizó un desplante al rey saudí Abdala Bin Abdelaziz, por cuya Casa Real mantiene una tradicional aversión, y abandonó la sala, tras interrumpir el turno de intervenciones. Sin embargo, tras el incidente ambos dirigentes se reunieron en un intento de rebajar las tensiones.
A pesar de estas disputas, que no se terminarán con la cumbre, los dirigentes árabes hicieron hincapié en la necesidad de solidarizarse con Al Bachir, a pesar de que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon llamó a superar las tensiones surgidas por la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI). En represalia, Al Bachir ordenó la expulsión de 13 ONG, medida a la que hizo referencia ayer el secretario general de la ONU, que pidió al jefe de Estado sudanés que revisará dicha decisión.
En su intervención, el presidente de Sudán no sólo se reafirmó en su decisión, sino que hizo hincapié en que dichas organizaciones habían mentido sobre la situación en Darfur.
